Los indignados vuelven tímidamente a la plaza de Catalunya en vísperas del 15-M

Los activistas preparan el quinto aniversario del movimiento y se solidarizan con la protesta francesa 'Nuit Debout'

Acampada de indignados en la plaza de Catalunya.

Acampada de indignados en la plaza de Catalunya. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las tiendas de campaña han vuelto a instalarse en la plaza de Catalunya, casi cinco años después del 15-M. Unos cuantos indignados han plantado ocho lonas y han fijado carteles reivindicativos en el suelo tanto para empezar a animar el cercano aniversario como para solidarizarse con los acampados que desde hace más de un mes mantienen viva la llama del movimiento ciudadano surgido en la Puerta del Sol con una ocupación pacífica de la plaza de la Republique de París y otras céntricas plazas francesas bajo el lema 'Nuit Debout' ('Nit Dempeus', en su traducción catalana), para exigir que no se apruebe el proyecto de reforma laboral francesa.

Los acampados catalanes, que dan apoyo a las concentraciones allende los Pirineos, han vuelto a convocar asambleas desde lo que llaman “el 40 de marzo” (9 de abril) cada sábado. Todavía sin demasiado poder de convocatoria (“una treintena de personas más los barrios”, dicen), no se rinden ni se achantan ante la previsión de lluvias para toda la semana. “La vibración todavía es muy floja pero se irá sumando más gente y a partir del 15-M esperamos que las plazas vuelvan a estallar”, afirma Cristian, un veterano activista que muestra las cicatrices de los golpes recibidos, dice, tras el violento desalojo de los indignados de plaza de Catalunya por antidisturbios de los Mossos y la Guardia Urbana, el 27 de mayo del 2011. “Allí recibimos todos”, señala Rodrigo, otro de los concentrados, mientras preparan la conexión a internet para llevar su protesta al mundo.

La 'Nit Dempeus BCN', que este sábado conectará con la multitudinaria asamblea que se prepara en París para la noche, reivindica de nuevo la plaza como ágora y marca distancias con los partidos políticos, incluidos Podemos o Barcelona en Comú. “No nos representan. En el 15-M quedamos en que los partidos políticos como tales no nos representaban”, afirma Cristian, que evoca que participó en las marchas a Madrid y Bruselas. 

Sus reivindicaciones van contra la reforma laboral pero también contra la reforma de la sanidad pública que ha expulsado a los inmigrantes, el mantenimiento de los CIE, el tratado de libre comercio o la ley mordaza, y a favor de más derechos sociales y la acogida de refugiados. Pero incluyen la autocrítica: “Queremos romper con los aspectos negativos del 15-M, que lo ahogaban en una vorágine de críticas sin solución, y quedarnos con lo que lo enriquecía: propuestas de acción". Mientras, los turistas se hacen 'selfies' unos metros más allá.

Como sus compañeros franceses, los nuevos indignados esperan agrupar a los trabajadores que reivindican medidas laborales y han extendido la invitación a los sindicatos de Mossos, Guardia Urbana y, Bomberos. “Agentes de la Urbana vinieron por aquí, nos preguntaron si necesitábamos algo y se quedaron hablando con nosotros un buen rato”, dice Rodrigo. Cambios de actitud bajo el mandato de Ada Colau.