ACCIDENTE DE GERMANWINGS

Los familiares podrán recuperar los restos en dos o tres semanas

Un miembro de los equipos de rescate es izado por un helicóptero en el lugar de la tragedia, el pasado 26 de marzo.

Un miembro de los equipos de rescate es izado por un helicóptero en el lugar de la tragedia, el pasado 26 de marzo.

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA

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Dos días después de la tragedia de los Alpes, el fiscal de Marsella, Brice Robin, advirtió a los familiares de los 150 pasajeros que viajaban en el A-320 de Germanwings de que pasarían varias semanas, o incluso meses, antes de que pudieran enterrar a sus seres queridos. Ayer, cuando se cumplía más de un mes de aquella comparecencia, la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, acotó un poco más ese plazo y afirmó que los restos mortales de los fallecidos se entregarán a sus allegados en unas dos o tres semanas.

«Ya se han podido identificar todas las muestras de ADN de las víctimas y se han podido cotejar con las de sus familiares. Es un trabajo complicado y lento, pero las autoridades francesas lo están gestionando con mucha diligencia y con mucho rigor», afirmó Ortega en declaraciones a La Xarxa. Una de las razones que justifican esa demora, tal y como explicó en su día el fiscal Robin, es que la ley no permite que se entregue ninguno de los cuerpos hasta que se haya analizado el ADN de todos los restos encontrados.

Para llevar a cabo esa compleja identificación, los Mossos d'Esquadra han remitido a los forenses franceses 196 muestras de material genético de 96 familiares de los pasajeros catalanes fallecidos en los Alpes. También recogieron una decena de objetos personales de tres víctimas, como peines y cepillos de dientes, para que los restos biológicos pudiera ser contrastados con los restos hallados en el lugar del siniestro. El director general de la policía catalana, Albert Batlle, destacó que se trata de una labor «dolorosa, pero necesaria», enmarcada en un dispositivo de identificación que se puso en marcha tras conocerse que el A-320 se había estrellado.

La compañía aérea Lufthansa, de la que depende Germanwings, también actuó con celeridad a la hora de entregar a los familiares de las víctimas una cantidad a cuenta de las indemnizaciones que percibirán por el fallecimiento de sus parientes. Cuatro días después de la tragedia, la aerolínea empezó a repartir los primeros cheques de 50.000 euros a los afectados para que pudieran hacer frente a los gastos de urgencia iniciales. Un anticipo a cuenta al que están obligados por la normativa europea que regula los accidentes aéreos, en la que también se establece una indemnización mínima por responsabilidad civil de unos 318.000 euros por cada pasajero.

Otra cosa es saber cuándo cobrarán la totalidad de las indemnizaciones. Portavoces de Lufthansa rehusaron ayer precisar cualquier fecha y se limitaron a decir que las compensaciones «están en curso y siguen su tramitación habitual». Unos pagos que podrían demorarse en el tiempo, como es el caso del avión de Spanair que cayó en las cercanías del aeropuerto de Madrid en agosto del 2008. Siete años después, la mayoría de las familias aún no han cobrado.

Unas dilaciones que contrastan con la efectividad de los medios de rescate franceses que han trabajado en la abrupta área montañosa en la que se estrelló el avión de los Alpes. El pasado sábado culminaron la limpieza de los restos del aparato tras extraer 48 toneladas de escombros y 50 toneladas de suelo dañado por el impacto. Un ingente trabajo casi artesanal que permitió recuperar las dos cajas negras del avión, que confirmaron que el copiloto Andreas Lubitz hizo caer deliberadamente el aparato.