"Llamaban a mis padres por las noches para decirles que era maricón"

MANUEL VILASERÓ / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Francisco Polo es a sus 34 años el director de la mayor plataforma de peticiones de España. Tras unos años de crecimiento vertiginoso, Change.org recogió solo en España en el 2015 más de 41 millones de firmas de apoyo a reivindicaciones, muchas de las cuales obtuvieron su objetivo. Nadie lo habría dicho 25 años atrás, cuando el teléfono sonaba de madrugada en su casa familiar y al otro lado del hilo un compañero de clase les decía a sus padres que su hijo era “maricón”.

"Lo pasaba fatal. Se metían conmigo por mi tendencia sexual pero también porque era muy estudioso", recuerda. A la pregunta de cómo se sale del acoso, su respuesta es amarga. “Ni se sale ni se entra. Se pasa”.

Para el hombre que canaliza cientos de causas al mes, la del acoso escolar es de las más graves que hay. “No es un juego de niños como muchas veces se quiere hacer creer. Hay cientos de miles de casos que la gran mayoría llevan en silencio, muchos piensan en el suicidio y unos pocos, por desgracia, lo llevan a cabo”, advierte.

El reciente caso de Diego, que se tiró por la ventana para no ir al colegio, es paradigmático. El centro, el Nuestra Señora de los Ángeles del barrio madrileño de Villaverde, se ha cerrado en banda asegurando que ni el pequeño ni ningún otro alumno sufría 'bullying', pero Polo es rotundo ahí: “En todos los colegios hay acoso. Lo que les diferencia es que unos se lo toman en serio y otros no”.

EL COLECTIVO MÁS VULNERABLE

El empresario es una de las tres exvíctimas que se han reunido este jueves con el ministro del Educación, Íñigo Méndez de Vigo, para aportar ideas al plan que impulsa contra el acoso escolar y una de las cuestiones en las que más incidencia ha hecho es en el acoso a los gais, lesbianas y transexuales. Se trata de un colectivo especialmente vulnerable, porque los insultos y el trato despectivo lo único que hacen es “agravar la incomprensión que el sujeto tiene sobre si mismo y que se extiende a la familia, los profesores y los compañeros”. "Son incapaces de verbalizar su sexualidad y, por tanto, tampoco cuentan nada del acoso que sufren", remacha.

Su diagnóstico es igual de duro con las escuelas que toleran estos comportamientos que el de Enrique Fonseca, otra de las tres exvíctimas. “Se parecen a una sociedad primitiva, donde lo que prima es la ley del más fuerte, cuando lo que deberíamos trasladar a la escuela son las normas de la sociedad, donde se persigue al que las infringe”, denuncia.  

Una de las soluciones que ha planteado al ministro es la creación de “un sistema de justicia” en las escuelas, similar a la que hay fuera. Lo que no pude ser, en su opinión, es que las normas que valen para toda la sociedad no valgan en el seno de la escuelas.

A título personal, Polo ha ofrecido también al ministerio la posibilidad de articular una página dentro de Change.org dedicada a vehicular ideas como esta y las que pueda aportar cualquier ciudadano. Para él es la causa de todas las causas.