Importante avance de la física

Los científicos del gran colisionador cercan la huidiza 'partícula de Dios'

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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Los investigadores que trabajan con el gran acelerador LHC, en Ginebra, presentaron ayer sus recientes trabajos encaminados a buscar la enigmática partícula cuya existencia, predicha desde hace décadas pero nunca corroborada, confirmaría el llamado Modelo Estándar, la teoría física fundamental que explica el funcionamiento del Universo. El bosón de Higgs, popularmente conocido como la partícula de Dios, se insinúa

-hay pruebas no concluyentes de que su masa está localizada en un rango determinado- pero aún deberá esperar un poco más, ya que el número de pruebas hechas hasta ahora, para los físicos, no basta para confirmar plenamente su existencia. Es decir, se han detectado indicios del bosón de Higgs, pero podrían obedecer a ruido de fondo. Es demasiado pronto para extraer conclusiones y se impone la cautela científica.

En los últimos meses, los investigadores del CERN, la institución europea de física de partículas, se han dedicado a lanzar protones a toda velocidad en el interior del LHC intentando que colisionaran y generaran bosones, pero los resultados definitivos no estarán listos hasta el año que viene, como pronto. «Se necesitan más datos y estudios. Los meses venideros serán apasionantes», dijo Fabiola Gianotti, portavoz de Atlas, uno de los dos experimentos dedicados a medir las colisiones. El anuncio se hizo público, incluyendo una retransmisión on line, en un seminario especializado celebrado en Ginebra que había despertado más expectación que un gran duelo deportivo. Rolf Heuer, director del CERN, hizo de maestro de ceremonias en una sala llena hasta la bandera.

RESULTADOS PRELIMINARES / Pese a un cierto regusto de decepción, Gianotti animó al público asegurando que el experimento se encuentra «en una etapa muy avanzada». En la misma línea, su colega Guido Tonelli, portavoz de CMS, el segundo aparato concebido para buscar a Higgs, agregó: «Es un punto de partida interesante, pero aún son resultados preliminares».

El problema de la búsqueda es que no solo es difícil fabricar los hipotéticos bosones, sino observarlos, puesto que tendrían una vida extremadamente corta antes de convertirse en otras partículas. Eso sí, los científicos confían en que si los bosones no han sido detectados hasta ahora es debido a que no existían circuitos circulares como el LHC capaces de acelerar los protones a velocidad cercanas a la de la luz y en dos sentidos opuestos, con el objetivo de conseguir millones de colisiones.

Concretamente, lo que han detectado los científicos es que, tras analizar los espectros dejados por las colisiones de los protones, hay un pequeño exceso de eventos, de sucesos, en un rango muy concreto de masas. Un rango ciertamente especial porque es el mismo predicho por el Modelo Estándar para los bosones de Higgs. Es decir, que no se puede confirmar que existan, pero si existieran encajaría a la perfección con lo que se sospecha de ellos. Atlas y CMS son dos experimentos con un objetivo similar, aunque el método de búsqueda es diferente, incluso rival. Por eso, que compartan resultados es un síntoma alentador.

Lo que sí se ha logrado es acotar la masa que, en caso de existir, tendría el bosón de Higgs. Los investigadores de Atlas han detectado las anomalías entre 116 y 130 GeV (gigaelectronvoltios), la medida de energía empleada en la física teórica para referirse a masas muy pequeñas, mientras que según CMS el rango está entre 115 y 127 GeV. «La masa más probable sería de entre

116 y 130 GeV», explicó Gianotti.

CONFIRMACIÓN EN 2012 Mario Martínez-Pérez, investigador del IFAE (Institut de Fisica d'Altes Energies, en Bellaterra) que trabaja en el experimento Atlas, explica los detalles que les han llevado a presentar los resultados con suma prudencia: «Estadísticamente no contamos con suficientes pruebas. Los indicios no pueden ser considerados un descubrimiento desde un punto de vista científico. Tenemos que ver en los próximos meses si es una anomalía o si desaparece». «A partir de marzo -prosigue Martínez-Pérez- volveremos a trabajar con el LHC y esperamos tener resultados más claros en verano, posiblemente en julio». Como mínimo, insiste, se han de multiplicar por cuatro las pruebas, aunque no hará falta modificar ni el LHC ni los detectores. Es cuestión de lograr «garantías estadísticas». En cualquier caso, concluye con una pregunta: «¿Qué es más fascinante: demostrar que existen o que no existen?» Si fuera lo segundo... H