López, un comisario de consenso siempre en la sombra que sustituirá a Trapero

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Josep Fusté

 Siempre en la sombra, el hasta ahora número dos de los Mossos d'Esquadra, el comisario Ferran López, afronta el reto de sustituir al destituido mayor Josep Lluis Trapero en un momento crítico para la policía catalana, en que será clave su espíritu de corredor de fondo y su búsqueda del consenso.

El Gobierno ha cesado hoy como mayor a Trapero, actualmente imputado por sedición en la Audiencia Nacional, y ha designado como sustituto a Ferran López, que hasta ahora era su número dos, al frente de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial.

López, de 50 años, ha alcanzado en los últimos años altas cotas de poder en la cúpula de la policía catalana, pero su talante discreto, por el que siempre ha rehuido el protagonismo, le ha relegado a la sombra del hasta ahora todopoderoso Trapero, un mando con un perfil más personalista.

Quienes mejor le conocen destacan que López, que ingresó en la policía catalana en 1990, es una persona dialogante que se ha ganado el apoyo interno del cuerpo de los Mossos d'Esquadra porque siempre busca el consenso y le gusta rodearse de su equipo para tomar las decisiones tras escuchar todas las opciones.

Diplomado en ciencias de educación y con un posgrado en dirección y gestión de la seguridad pública, López, fiel a su estilo de corredor de fondo, ha ido progresando en el escalafón interno de la policía catalana de forma paulatina y sin estridencias, ya que sus compañeros resaltan que nunca se ha postulado para ganar poder.

Tras ejercer como jefe del Grupo Especial de Intervención (GEI) hasta el año 1999, López fue nombrado subjefe de la región policial de Ponent, en Lleida, hasta 2003, y posteriormente en 2006 ascendió a jefe de la Región Policial Metropolitana Sur.

Fue el máximo responsable de los Mossos d'Esquadra durante el tripartito, Josep Milán, quien lo aupó a la cúspide de la policía catalana, donde varias fuentes consultadas por Efe aplauden ahora que haya sido el elegido para sustituir a Trapero, por su perfil pactista y porque no supone un cambio traumático para el cuerpo.

Con la irrupción de Trapero al frente de los Mossos, primero como comisario jefe y desde abril pasado como mayor, López se mantuvo como número dos, al principio como jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Central y luego, desde mayo pasado, como responsable de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial.

En pleno pulso entre la Generalitat y el Gobierno por la convocatoria del referéndum del 1-O, el entonces mayor Trapero recurrió a López para que fuera él quien asistiera a las reuniones de coordinación del dispositivo policial para impedir la votación, que estaban dirigidas por el alto cargo del ministerio de Interior Diego Pérez de los Cobos.

Siempre leal a sus compañeros, López acompañó a Trapero cuando éste tuvo que comparecer en dos ocasiones ante la Audiencia Nacional acusado de sedición por la supuesta pasividad de los Mossos durante al asedio a la comitiva judicial que el 20 de septiembre estaba registrando la consellería de Economía en una operación contra el 1-O.