tragedia escolar

Lleida despide en un acto íntimo al profesor muerto en el Joan Fuster

EVA VISA
LLEIDA

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Tres días después de la tragedia vivida en el instituto Joan Fuster de Barcelona, familiares y amigos despidieron ayer en Lleida a Abel Martínez, el docente fallecido tras ser apuñalado por un alumno del centro de 13 años. La despedida, de carácter íntimo, contó con la participación activa de los amigos de Martínez , los de la época del instituto y con los que mantenía una relación casi diaria, que fueron los primeros en dedicar unas palabras en su memoria. De él destacaron su carácter afable y su bondad. Lo describieron como «una persona muy amiga de sus amigos» y un gran aficionado a los cómics. Uno de ellos le dedicó una canción acompañada con una guitarra.

«En la carrera, los lunes no paraba de comentar el partido del Bar-ça, equipo del que era un gran seguidor», recordó un compañero de universidad. «Era un apasionado de la historia y disfrutaba transmitiendo sus conocimientos a los alumnos», afirmó. Compañeros del instituto Aiguaviva de Mollet del Vallès, donde trabajó todo el curso pasado, así como una profesora del departamento de Ciencias Sociales del Joan Fuster, también le dedicaron unas emotivas palabras. Quienes le conocieron en el trabajo aseguraron que era muy responsable y que se tomaba muy en serio la preparación de las clases.

GRAN AFLUENCIA / El tanatorio de la ciudad se quedó pequeño para albergar a las personas que quisieron despedirse de Martínez. La ceremonia fue íntima y duró una hora. Al acto asistieron la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y otras autoridades políticas y académicas. En la ceremonia no se exteriorizaron sentimientos de indignación ni reproches hacia los representantes políticos presentes en el acto. Al finalizar solo los familiares y amigos más íntimos se dirigieron al cementerio de Lleida, donde fue incinerado.

Martínez, de 35 años, era un docente sustituto acostumbrado a desplazarse para cubrir vacantes temporales. Llevaba cinco años inscrito en la bolsa de interinos y haciendo suplencias como profesor de Ciencias Sociales. Su ilusión por dar clases le llevaba a aceptar cualquier trabajo por distante que estuviera de Lleida, donde residía con sus padres. Entró a trabajar en el Joan Fuster el pasado 13 de abril para sustituir durante una semana a una profesora que se encontraba de baja. Llevaba tres meses sin trabajar. El día que fue apuñalado acababa la sustitución. Los profesores y alumnos de este centro preparan una ceremonia para homenajearle.