MOVIMIENTOS CARA A LA ELECCIÓN DEL SUCESOR DE BENEDICTO xvi

La limpieza y las reformas en el Vaticano centrarán el cónclave

Un grupo de cardenales aplauden a Benedicto XVI al final de la misa del Miércoles de Ceniza, el pasado día 13.

Un grupo de cardenales aplauden a Benedicto XVI al final de la misa del Miércoles de Ceniza, el pasado día 13.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con la que está cayendo con la pederastia, el caso Vatileaks y las filtraciones del informe sobre la corrupción vaticana y sus juegos de sexo, negocios y poder, resulta peliagudo descubrir al papable adecuado para afrontar las profundas reformas que se avecinan en el Gobierno de la Iglesia. En eso, en hallar a quien ofrezca más garantías de éxito en la operación limpieza, se van a centrar las discusiones del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI. Y en la cotización de papables y grandes electores (los cardenales que influirán en el voto), unos suben y otros bajan.

Así, se esfuman las posibilidades de un papa negro y otros papables exóticos, un subsecretario intrigante ha sido alejado a 10.000 kilómetros, otros aspirantes no logran sacarse de encima el lastre del encubrimiento de la pederastia y otros más se neutralizan por sí solos cayendo en las trampas tendidas camino de Roma.

Pasó el tiempo en que el cardenal Alejandro Borgia compró su elección como papa con regalos y promesas de cargos. En la época de internet y de una transparencia que nunca un cónclave había conocido, nada pasa desapercibido. El ghanés Peter Turkson tropezó en la CNN identificando la pederastia con la homosexualidad; y al canadiense Marc Ouellet le han encontrado un hermano procesado por acoso sexual.

SIN PRISAS / A medida que los cardenales llegan al Vaticano para asistir a la voluntaria e histórica abdicación de Benedicto XVI, cambian los grandes electores del sucesor y los grupos de apoyo. Si días atrás se antojaba importante el papel de Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio, y de Tarsicio Bertone, secretario de Estado, ahora los personajes clave empiezan a ser otros. Los 116 electores -tras la renuncia por enfermedad de un cardenal- tardarán todavía muchos días en coincidir sobre los dos o tres nombres que saldrán de la primera votación, pero ya empiezan a definirse mejor las coaliciones. «No hay prisa por comenzar el cónclave», ha dicho el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

En esta evolución, un primer grupo electoral se está coagulando en torno a la continuación de las reformas truncadas o ni siquiera comenzadas por Joseph Ratzinger. Los puntos de referencia son los italianos Angelo Scola (Milán) y Gianfranco Ravasi (ministro vaticano de Cultura) y el austríaco Christoph Schönborn. Un papable continuista es el canadiense Ouellet, promocionado por Benedicto XVI con viajes a todos los continentes. «Sería su candidato preferido», se susurra en el Vaticano.

BERTONE PIERDE PIE / A Scola y Schönborn se suman como grandes electores el estadounidense Dolan, aunque el jueves tuvo que prestar declaración sobre el encubrimiento de abusos sexuales, y el arzobispo de París, André Vingt-Trois. En el frente italiano, también cotizan al alza Camillo Ruini, que no entrará en el cónclave por razones de edad, y Angelo Bagnasco, presidente de los obispos italianos. Bertone parece haber perdido fuelle, pero en estos días está en contacto con los electores de EEUU, evitando a los alemanes, que habían pedido su dimisión.

La mayoría de los cardenales declaran que «el origen geográfíco ya no es importante, sino la capacidad de gobierno», lo que lleva a pensar que apostarán por el consenso en torno a un papable de sólida formación. Un Ratzinger joven.