Una ley para la infancia inspirada en la de violencia machista

El referente es la ley integral contra la violencia machista, que desde el 2004 ha centrado su empeño en la prevención y ha conseguido que afloraran miles y miles de casos de agresiones contra mujeres. El escenario es, según explica Save the Children, "que la mayoría de los casos de violencia contra la infancia permanecen ocultos y no se denuncian". La petición que la oenegé hará llegar a los partidos políticos que formen el próximo arco parlamentario español hará hincapié en las agresiones sexuales (para las que pide que no puedan prescribir nunca), pero también en otras formas de violencia como los malos tratos físicos y psicológicos, el trato o cuidado negligente, el acoso escolar o el ciberacoso.

La entidad, que tiene implantación en 120 países, explica que, según datos del Ministerio del Interior, un total de 47 niños padecieron en el 2014 intentos de homicidio o asesinato en España, de los que 23 murieron. Fueron cinco víctimas más que el año anterior. Ese mismo 2014, "más de 3.730 menores sufrieron algún tipo de delito contra la libertad sexual", lo que suponen 368 casos más que en el 2013. "Y eso son solo los datos aportados por las estadísticas oficiales, pero representan la punta del iceberg, ya que solo recogen los hechos denunciados", advierte la oenegé.

MÁS PRESUPUESTO

La propuesta de Save the Children para elaborar una ley de medidas de protección integral a la infancia parte de la constatación de que, como en el caso de la de género, la violencia que se ejerce contra los menores "se produce dentro de la familia, por parte de personas que son responsables del cuidado del niño, con lo que se acaba produciendo la incongruencia entre el 'te amo' y el 'te maltrato". Además de una normativa, la entidad reclama que se cree una partida presupuestaria específica para estas cuestiones y se habiliten juzgados de instrucción de violencia contra los menores (igual que se ha hecho con las mujeres).

"Y sobre todo, sobre todo, que se haga mucha prevención, de modo que sean los propios menores quienes puedan identificar cuándo están siendo víctimas de un abuso", insiste Guiomar Todó, responsable en Catalunya de Save the Children. "Si ahora estos son delitos invisibles es porque se producen en entornos de proximidad y de confianza con la persona abusadora y eso hace que para el niño, que a veces aún no tiene un criterio formado, sea complicado discernir qué pasa", agrega Todó. Es fundamental, también, "formación para los adultos que conviven con esos niños, ya sean sus profesores, sus médicos o sus monitores de actividades extraescolares", añade.