LAIA ERASO. LA PROFESIONAL

«Las reuniones son tarde, a conveniencia del hombre»

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FOTOS: ALBERT BERTRAN / JOSEP GARCIA

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Como su abuela y su madre, Laia Eraso siempre tuvo claro que ella también iba a ir a la universidad. Lo que sorprendió es que se decidiera por una ingeniería.«Dudé entre Arquitectura y Caminos, pero el hecho de que mi hermano ya estudiara la segunda acabó por decidirme también a mí»,explica. Siempre había estado segura, eso sí, de que lo suyo era la tecnología.

La carrera, cuenta, fue bastante llevadera, Ahora, incorporada desde el 2003 en el mercado laboral -trabaja en la consultora Inypsa- las cosas siguen siendo relativamente cómodas.«La discriminación es algo subjetivo, creo que entre los ingenieros ocurre lo mismo que en otras profesiones», argumenta.

¿Y no nota que su entorno es mayoritariamente masculino?«Se nota, sí, en cuestiones que pueden parecer tan banales como las reuniones de trabajo: se programan por la tarde, a las seis, por ejemplo. Es un horario a conveniencia de los hombres, que a muchas mujeres les va fatal», explica. Es en estas cosas en las que se evidencia que la conciliación entre el trabajo y la familia es más difícil para las ingenieras.«Las que no tenemos hijos acabamos yendo a esas reuniones, porque no queremos perder un buen proyecto», dice. Cuando haya niños, confía en que su pareja comparta sus aspiraciones profesionales.«Ahora lo tenemos más fácil que nuestras madres», observa.

Pese a los escollos, Laia está convencida de que«la entrada de las mujeres en estas carreras ha ayudado a que se vea que son profesiones más amplias, que no se limitan a ir a la obra». Ella, por ejemplo, se especializó en el sector ambiental, uno de los que más suelen escoger las ingenieras.