LOS EFECTOS DE UN INVIERNO ATÍPICO

Las estaciones de esquí salvan la temporada con nieve artificial

Las instalaciones del Pirineo no están preocupadas todavía por el impacto que podría tener el cambio climático

Instalaciones de la estación de La Molina con escasez de nieve.

Instalaciones de la estación de La Molina con escasez de nieve. / periodico

LAURA BIELA / LLEIDA

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Febrero es para las estaciones de esquí el agosto en la costa. Y en la actualidad las instalaciones todavía no funcionan a pleno rendimiento. A día de hoy, el 76% del dominio del Pirineo catalán está en marcha, una cifra que podría verse reducida con el paso del tiempo debido al cambio climático y a la posibilidad de quedarse sin nieve en los próximos 50 años, según auguran algunos expertos. Aunque por ahora, la situación en un futuro no les preocupa en gran medida. Se centran en invertir en nuevos cañones para producir nieve y en ampliar la oferta de actividades que ofrecen para seguir captando clientes durante la campaña invernal.

“Si dentro de 50 años no tenemos nieve, no sé qué haremos. Aunque por ahora no nos lo planteamos, e intentamos salvar la temporada como podemos”, asegura Joaquim Alsina, gerente de la Associació Catalana d’Estacions de Muntanya (ACEM). Y es que a pesar de las altas temperaturas registradas en lo que llevamos de invierno y la escasez de nevadas, a excepción de las registradas en los últimos diez días, las estaciones de esquí no prevén que sea una mala temporada. Una valoración que es solo una sensación, ya que hasta final de la campaña la mayoría de estaciones no dispondrán de datos cuantitativos para comparar. Sí cuenta con ellos ya Boí Taüll Resort, que hasta el 3 de febrero había contabilizado a 49.618 esquiadores que habían pasado por sus instalaciones, 1.533 menos que la campaña pasada.

Muchos creen que a día de hoy no hay nieve. Pero no es así. “Tenemos grosores importantes en las pistas. La mayoría es nieve artificial sí, pero se puede esquiar”, apunta Maite Martí, directora comercial de Masella. Gracias a los cañones han podido seguir produciendo nieve, aprovechando las pocas horas de frío que han tenido. Y esto es lo que les permite seguir adelante. Si las instalaciones blancas no tuvieran estos sistemas para generarla, los complejos de esquí estarían perdidos. Por este motivo, invierten cada vez más dinero en acondicionar la instalación. Y no solo eso: muchos de ellos se han visto en la obligación de buscar alternativas de ocio para seguir captando clientes.

En muchos casos han apostado por ampliar los servicios que se ofrecen en la misma estación. Excursiones con raquetas, salidas con motos de nieve, 'tubing' -descenso por la nieve con un neumático- y 'mushing' -paseo con perros- son algunas de las propuestas. “El objetivo es que las personas a las que no les gusta esquiar puedan disfrutar también de la nieve”, explican fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat. Para ellos, este modelo no es nuevo. En sus estaciones (Molina, Vall de Núria, Vallter 2000, Port Ainé i Espot) llevan años implantándolo. Tienen claro que los servicios extra son tan importantes como los esquiadores.

PLENA OCUPACIÓN

El buen tiempo no afecta por igual a todas las estaciones. Complejos como Vaquèira-Beret tiene abierto más del 90% de su dominio esquiable y sus clientes disfrutan de grosores que pueden llegar hasta los 125 centímetros. Incluso “hay fechas en las que es imposible alojarse", rozan la plena ocupación, según apunta Alsina.

Sin embargo, también está el extremo opuesto. En Port del Comte solo tienen en marcha un 8% de las instalaciones. Para su director, Albert Estella, esta “es una de las peores campañas de la historia”. Está ubicada en el Prepirineo y está haciendo mucho calor para poder producir nieve suficiente.

Si bien es cierto que la nevada del pasado fin de semana ha cambiado el paisaje y ha reforzado los grosores, que pueden llegar hasta los 35 centímetros, la estación no puede abrir más pistas por ahora. Ante esta situación, se han visto en la obligación de potenciar otras actividades complementarias como trineos, camas elásticas, 'tubing' y el parque de aventuras, “propuestas que encajan a la perfección los días que no hace frío”, aclara.

La últimas nevadas les han dado un soplo de aire fresco a todas ellas, incluso a las de esquí nórdico. Ahora solo esperan poder rozar la plena ocupación en Semana Santa, que está a la vuelta de la esquina.