Gente corriente

Laia Segura: "Hacer lobi por el cambio climático fue fantástico"

Forma parte de la primera promoción de Relaciones Internacionales de una universidad catalana

«Hacer lobi por el cambio climático fue fantástico»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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Hace cuatro años, en otoño del 2012, la Universitat Ramon Llull se convirtió en el primer centro universitario de España que impartía un grado en Relaciones Internacionales fuera de Madrid. Fue una especie de hito. «Estudiar Relaciones Internacionales en Barcelona tiene más sentido que nunca -declaró entonces el vicedecano, Joan Barata-, ya que Barcelona y su entorno son el núcleo de una actividad internacional intensa». El próximo día 11 tendrá lugar la ceremonia de graduación de la primera promoción. Laia Segura forma parte de ella.

-Relaciones Internacionales. La pregunta que me toca hacerle: ¿por qué? Porque siempre he tenido interés en los fenómenos globales, los grandes temas, los grandes problemas, los grandes desafíos que tiene el mundo que no se pueden gestionar solo desde la perspectiva de Estado.

-¿Por ejemplo? Por ejemplo las migraciones. Por ejemplo el cambio climático.

-¿Qué sabe hacer exactamente un profesional de las relaciones internacionales? Es una pregunta difícil de responder, porque la verdad es que sabemos hacer muchas cosas. Pero le diría esto: nos enseñan a analizar una realidad concreta, a identificar los actores clave de esa realidad y a hacer propuestas para modificar esa realidad.

-¿Qué realidades le gustaría modificar? Me gustaría trabajar para modificar las dinámicas en torno al cambio climático. Al menos al principio, al menos un par de años.

-¿Por qué en eso específicamente? ¿Por qué lo tiene tan claro? En realidad, antes me interesaba más el tema de las migraciones, pero hice unas prácticas profesionales relacionadas con el tema del cambio climático y cambié de opinión.

-¿Qué hizo? Cuénteme. Estuve trabajando con el GGCC, el Group on Governance for Climate Change: son un grupo de científicos de la UPC que han desarrollado un modelo de distribución equitativa de las emisiones. Yo hice lobi por ellos.

-Lobi. Vaya. ¿Qué hizo, exactamente? Tuve que viajar tres veces a Bonn, donde tenían lugar las negociaciones previas a la cumbre de París. Identificar a los delegados en las reuniones, hablar con ellos, exponerles los objetivos del GGCC. Lo que tenía que lograr, exactamente, era que los delegados se sentaran a hablar con mi jefe.

-Conseguir adhesiones. Exacto. Respaldo político. De hecho, conseguimos hacer un grupo de países amigos: Bolivia, El Salvador, Armenia y Etiopía. Y eso fue un triunfo. De hecho, Armenia hasta lo aprobó por ley. Fue fantástico.

-Dígame una cosa, ¿dónde se ve trabajando de aquí a, no sé: cinco años? Me gustaría estar en una oenegé con poder, que tenga influencia en los procesos globales de toma de decisiones. Y, sobre todo, no para un Estado, porque los gobiernos cambian cada cuatro años y con ellos las políticas. Y me gustaría trabajar en Barcelona. Lo que pasa es que es muy difícil.

-¿Por qué? Primero, porque hallar algo relacionado con el cambio climático aquí es difícil. Y segundo, porque para conseguir un trabajo de relaciones internacionales en Barcelona compites con gente de todo el mundo, gente increíblemente bien preparada.

-Entró a estudiar una carrera nueva. ¿Eso no le hizo dudar? Tomaba un riesgo, sí. Formar parte de la primera promoción significó vivir los ajustes que se iban haciendo sobre la marcha, y darte cuenta de que muchas cosas las iban a arreglar pero ya para los que venían detrás. Pero también tuvo ventajas: eras muy influyente en cómo iba a salir luego el grado. Te escuchaban, eran receptivos.