Ladrones de avellanas

Gerad Gómez, en una finca de almendras, en Castelldans.

Gerad Gómez, en una finca de almendras, en Castelldans.

RAFAEL MORALES / TARRAGONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los productores de avellanas en Tarragona y de almendras en Lleida están rematando la cosecha de una temporada que no van a olvidar. Si no tenían suficiente con los robos de maquinaria, sistemas de riego y toda clase de enseres que han sufrido en los últimos años, ahora están viendo cómo los altos precios que se están pagando por los frutos secos que cultivan han multiplicado los robos. La novedad, además, es que los ladrones van directamente a los árboles y no se limitan a saquear remolques y almacenes, como hacían hasta ahora.

El precio de la avellana, que fija la lonja de Reus (Baix Camps), se está manteniendo en torno a 2,5 euros la libra, medida que corresponde a 400 gramos de avellana en grano. El de la almendra ha oscilado, un poco arriba o abajo, sobre ocho euros el kilo de grano y dos con cáscara.

Estos elevados precios han mantenido en alerta a los payeses desde antes incluso de comenzar la cosecha, que habitualmente se inicia a finales de agosto. La de avellana se concentra en las comarcas del Camp de Tarragona y la de almendras, en las Garrigues, Segrià, Urgell y Noguera. «Había que mantener la vigilancia y recoger los frutos lo antes posible porque los buenos precios nos hacían temer lo peor», explica Rafel Español, que cultiva avellanos en El Morell (Tarragonès) y es el responsable del sector de los frutos secos en el sindicato agrario Unió de Pagesos.

MÁS VIGILANCIA

«La temporada empezó de forma preocupante, pero conseguimos pararlo a tiempo». Español se refiere a los numerosos robos registrados a principios de septiembre en fincas de avellanos del Tarragonès y el Baix Camp, y a la reunión mantenida con responsables de los Mossos y alcaldes de la zona. La policía autonómica puso en marcha uno de sus planes específicos y los ayuntamientos duplicaron la dedicación de sus guardias rurales. De todas formas, Español aclara que «no se puede decir que haya sido una campaña tranquila, pero sí menos preocupante de como empezó».

Solo en el fin de semana del 3 y el 4 de este mes, los Mossos pusieron 17 multas a otras tantas personas, de entre 25 y 69 años de edad, por robar almendras en las comarcas de Lleida. A dos de ellas les requisaron 44 kilos de almendras en Castelldans (Garrigues); otras 11 estaban con tres furgonetas (en las que llevaban tres sacos con 120 kilos de almendras) en una pista que conecta Cogul (Garrigues) y Alcanó (Segrià); y, finalmente, denunciaron a cuatro personas que habían empezado a robar almendras en un campo de Bell-lloc d'Urgell (Pla d'Urgell).

En Tarragona, los Mossos detuvieron el 29 de septiembre a dos vecinos de Constantí (Tarragonès) por el robo, en diferentes fechas, de 350 kilos de avellanas valoradas en unos 2.000 euros. Antes, el 4 de septiembre, ya habían detenido a otros tres hombres por el robo de 450 kilos de avellanas en El Morell y Vilallonga del Camp (Tarragonès). En la furgoneta en la que viajaban había rastrillos, palos de madera y otros utensilios para recoger avellanas. En la mayoría de los casos, la nacionalidad de los detenidos o multados es española, marroquí y rumana.

CANALES DE VENTA

El robo de almendras en Lleida está siendo peor que el de avellanas en Tarragona. «Siempre ha habido robos, pero este año está siendo muy descarado», asegura Sisco Esquerda, responsable de la fruta seca de la JARC-COAG, el sindicato de jóvenes agricultores y ganaderos de Catalunya. «Desde el inicio de la cosecha nos dimos cuenta de que los robos se estaban produciendo en el campo y no en los almacenes, en los remolques o en los lugares donde a veces se deja a secar», destaca.

La JARC denunció a mediados de septiembre que nunca se habían producido tantos robos de frutos secos en Lleida. Por ello solicitaron más vigilancia de la policía en los campos y en los posibles puntos de venta. Ya está acabando la temporada, pero temen que en la de la oliva, que empieza en noviembre, ocurra lo mismo. Según Esquerda, «quizá lo más novedoso de este año es que han empezado a robar las almendras directamente de los árboles».

Responsables de los Mossos admiten que se han producido más denuncias que otros años, pero no las han cuantificado. Destacan que las denuncias, entre otras cosas, sirven para hacer un mapa de incidencias y, con ello, mejorar la vigilancia. Tampoco han dado detalles sobre los posibles canales de compra y venta ilegal de avellanas y almendras, aunque afirman que han incrementado la vigilancia en los establecimientos habituales.