El ladrón de la colada

Un único ladrón ha llevado de cabeza a las lavanderías de autoservicio de Barcelona en los últimos días. El caco ha acumulado numerosos golpes en las últimas semanas. En la noche del miércoles, según ha sabido este diario, atracó cuatro establecimientos de este tipo consecutivamente.

Los cuatro locales violentados están relativamente cerca entre sí. Dos pertenecen al distrito de Sant Martí y otros dos, al de Horta-Guinardó. Los dos del primero están ubicados en la Gran Vía de Les Corts Catalanes y en la calle de Concili de Trento. Los dos del segundo están en las calles Dante Alighieri y Maria Paretas. Además de la cercanía y coincidencia horaria de los cuatro golpes, la descripción facilitada por los responsables de estos negocios sobre el asaltante parece indicar que se trata de la misma persona.

El ladrón de la colada tuvo éxito en tres de los cuatro intentos. Solo falló en el tercero. Y eso no le impidió seguir con su desatada actividad criminal y atacar el cuarto. Fuentes policiales subrayan que no se trata de un delincuente que se haya mostrado violento con las personas. En realidad, los establecimientos que asalta son lavanderías de autoservicio en las que no hay ningún trabajador.

La cadena ‘La Wash’ ha sufrido la mayoría de sus golpes. Esta franquicia funciona con un cajero automático en el que se introducen las monedas que cargan de saldo las tarjetas. Con estas se ponen en marcha las lavadoras. Nadie vigila estas tiendas, que cuentan con un sistema de videovigilancia, mientras están abiertas al público.

ROBOS CUTRES

Los Mossos d'Esquadra investigan si se trata del mismo ladrón en todos los casos. El modus operandi es siempre el mismo, y no es excesivamente complejo. Visita las lavanderías a última hora del día, justo antes del cierre. Entra con el rostro oculto con un casco y se lía a golpes contra la pared del cajero -de material prefabricado- hasta que hace un agujero por el que puede introducir el cuerpo y acceder a la parte trasera de la máquina. Una vez allí, fuerza el cajero para obtener la recaudación de la jornada. Con el dinero en el bolsillo, coge la motocicleta y se da a la fuga.

Aunque salten las alarmas del negocio y las cámaras hayan captado todo el asalto, cuando uno de los responsables del local llega al negocio el ladrón hace rato que ha desaparecido.

DINERO EN EFECTIVO

Un trabajador del sector explicó recientemente a este diario que habían sufrido ya una quincena robos en lavanderías. Los Mossos admiten que en el último mes han detectado este repunte de delitos. 

Cada vez son menos los negocios que acumulan efectivo en la caja registradora, debido a que la mayoría de clientes pagan con tarjeta de crédito las compras que realizan. Por ello, los bares, las panaderías, los estancos y, ahora, también las lavanderías de autoservicio, terminan acumulando la mayoría de robos.

Durante el 2015 se denunciaron en todo Catalunya 7.325 robos con fuerza contra establecimientos comerciales, un 4,42% menos que en el año anterior.