Gente corriente

Koos Kroon: «Ya toca sacar el coche privado de la ciudad»

«Ya toca sacar el coche privado de la ciudad»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Hoy se celebra en Londres la final de la 11ª edición del Campeonato Mundial de Brompton, la famosa bicicleta plegable que el ingeniero inglés Andrew Ritchie diseñó hace 40 años. Lo bueno del caso es que la idea de esta peculiar competición en la que los corredores visten traje y corbata -la licra está terminantemente prohibida- nació en Barcelona, concretamente durante una conversación entre Koos Kroon y el periodista de moda Pere Ferrer en la tienda de bicis que el holandés tenía en el barrio de Gràcia. Con la idea de homenajear el espíritu urbano de este vehículo, la primera competición de Brompton se celebró en el Fòrum en el 2006. De aquellos 70 participantes iniciales se ha pasado a los 650 de 20 países que hoy tomarán la salida en la capital británica.

Emprendedor sin humos. Ha vendido tantas bicis plegables en Barcelona que la ciudad bien podría llamarse 'Bromptolona'.

-Así que usted es el responsable de haber llenado Barcelona de bicis (permítame el adjetivo) pijas… 

-No es pija. Es un medio de transporte.

-Vale, pero cuesta más de mil euros.

-Comparado con los gastos del transporte público, de un coche o de una moto, se amortiza de sobras. Una bici de 1.000 o 1.500 euros que dura por lo menos diez años sale a 100-150 euros por año. El precio por kilómetro es muy barato.

-Ustedes los holandeses parece que tengan pedales en lugar de pies.

-La crisis del petróleo y las protestas de los vecinos de Ámsterdam por la masificación de coches y la pérdida de espacio público llevaron a la introducción de la bicicleta en Holanda en los años 70. Yo nací en el pueblo de Assendelft y cada día iba y venía del instituto, que estaba a 12 kilómetros, en bici.

-Con lluvia, nieve o viento.

-Solo hubo un día en que no pude llegar al cole. Estábamos a 20 grados bajo cero y una tormenta de nieve me impedía avanzar.

-En cambio, Barcelona tiene el clima ideal para ir en bici. ¿Cuándo se mudó?

-Estaba casado con una catalana y en 1999 nos instalamos aquí. En Holanda trabajaba en el Archivo Nacional de Fotografía y primero intenté establecerme como fotógrafo, pero no lo conseguí. Durante un año trabajé de paleta y en el 2001 abrí una tienda de bicis en el barrio de Gràcia. Fue la primera tienda de bicis urbanas en España.

-¿Cuántas Brompton ha vendido desde entonces?

-20.000 solo en Barcelona. Y como mayorista de Bike Tech distribuimos 200 Brompton a la semana en España y Portugal.

-Ha conseguido asociar este tipo de bici a un estilo de vida.

-La gente habla de la Brompton como si fuera un iPhone. Es un producto que está de moda, un objeto de deseo, de diseño, de prestigio... Pero, al final, es solo una bici.

-Los atropellos de peatones y los arrollamientos de cicilistas en Barcelona han tensado la convivencia en el espacio público.

-No es normal que casi cada día se publiquen denuncias contra ciclistas. Muchos carriles son rayas pintadas en la acera que provocan conflictos con los peatones, pero es muy difícil que una bici mate a una persona y, en cambio, un coche a más de 35 kilómetros por hora puede ser un arma mortal. Por no hablar de las muertes por contaminación y ruido... La presión de la industria automovilística aún es muy fuerte en España, pero esto está cambiando. Los jóvenes ven la bici como un vehículo más de la ciudad y esto es solo el principio.

-¿Cuál sería la primera medida que impondría para mejorar la convivencia?

-Hace falta tiempo y educación viaria para todos los que nos movemos a pie, en bici, en moto o en coche, pero ya toca sacar el coche privado de la ciudad, bien imponiendo una tasa como en Londres o cerrando muchas calles al tráfico.

-Casco en la ciudad. ¿Es necesario?

-Es una tontería, no es más que un trozo de espuma plastificado.

-¿Y la mascarilla?

-Otra tontería. No filtran las partículas de diésel, que son las más dañinas.