El juicio por el robo de un prostíbulo destapa las carencias con las que trabajan los Mossos

El juicio por elrobo de un prostíbulo en la calle Aragó de Barcelona y el intento de asesinato de los dosmossosque les persiguieron durante su huida ha puesto este lunes de manifiesto lascarenciascon la que trabaja la policía autonómica. Los dos agentes heridos han declarado que no disponían dechalecos de protecciónni en el coche patrulla y que cuando intentaron llamar por la emisora a sala de mandos, estano funcionaba y tuvieron que hacerlo a través de sus teléfonos móviles.

En el banquillo de los acusados se sientan los rumanos Ovidiu Bejanaru y Dragos Emil., que sobre las 23.45 horas del 25 de febrero del 2010 acudieron a un prostíbulo de la calle Aragó. Los dos portaban una escopeta recortada. Una vez en el interior del local, obligaron a las personas que lo regentaban a entregarles los objetos de valor. Cuando los ladrones consiguieron el botín, se presentó en el lugar un coche patrulla y los dos acusados huyeron hacia la parte interior del inmueble, saltando la tapia. Después de saltar, agazapados, esperaron que llegaran los dos agentes para dispararles. Cada procesado hirió a uno de los policías y después se escaparon. La fiscalía pide para cada uno de los dos acusados una pena de21 años de prisión.

Uno de los mossos heridos ha explicado en el juicio que no llevaban chalecos de protección y que si las hubieran tenido les hubieran evitado muchas de lassecuelasque padecen en la actualidad. Este agente, por ejemplo, tiene siete perdigonadas en el cuerpo. Uno de los proyectiles lo tiene alojado cerca del corazón y no se lo han podido quitar. Al compañero, que está todavíade baja, le impactaron 53 perdigones. "Fui al coche y no teníamos chalecos", ha explicado. Aunque hubieran tenido, los que disponen no les hubieran servido, ya que son muy pesados y rígidos. No sirven para una persecución.