La vecina que ha llevado a juicio a una pianista ya había denunciado a sus padres por amenazas

La fiscal solicita siete años y medio de cárcel para la música y otros tantos para sus progenitores

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FERRAN COSCULLUELA / Girona

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Esta mañana ha comenzado en la Audiencia Provincial de Girona el insólito juicio a una pianista de Puigcerdà (Cerdanya) y a sus padres por haber molestado a una vecina con sus prácticas musicales durante más de cuatro años.

La fiscal solicita para Laia Martín Hernández y sus progenitores, considerados cooperadores necesarios, seis años de cárcel para cada uno de ellos por un presunto delito contra el medio ambiente por contaminación acústica más un año y seis meses de prisión por lesiones psíquicas y más de 20.000 euros en concepto de multas e indemnizaciones.

Durante el primer día de la vista, en el que han declarado los tres acusados y la denunciante, se ha puesto de manifiesto la enconada relación que mantienen ambas familias desde hace años a causa de las quejas por las molestias del instrumento musical. Las desavenencias llegaron a desembocar en un juicio de faltas, que acabó en absolución, después de que la denunciante y su marido denunciaran por amenazas a la familia de la pianista.

Una "obsesión"

Laia Martín, que en la actualidad es concertista de piano, ha afirmado que la denuncia a la que se enfrenta ahora obedece a una “obsesión” de su vecina, que lo único que pretende es “hacer daño” a su familia. La música y sus padres han afirmado que en todo momento pusieron las medidas necesarias para minimizar el sonido del piano y que llevaron a cabo dos insonorizaciones tras las quejas de la vecina, si bien en la primera ocasión los trabajos para insonorizar la sala los llevó a cabo el propio progenitor.

La denunciante, Sònia Bosom, ha declarado que en un principio intentó de buenas maneras llegar a un acuerdo con la pianista para pactar los horarios en los que podía tocar el piano, pero después, tras comprobar que no respetaban sus peticiones, decidió presentar una queja en el ayuntamiento.

Secuelas psíquicas

El abogado de la denunciante, Tomàs Torrent, ha explicado antes de la vista que su defendida está tan afectada por los daños psicológicas que le ha ocasionado su vecina que cuando va al cine “tiene que abandonar la sala si en la película aparece un piano”. 

Los hechos transcurrieron entre octubre del 2003 y septiembre del 2007, cuando Laia Martín, alentada y ayudada por sus padres, según el escrito de acusación de la fiscal, se dedicó a tocar el piano en el domicilio familiar por espacio de ocho horas diarias durante un mínimo de cinco días a la semana “originando, debido a que la estancia no se encontraba insonorizada adecuadamente, una inmersión permanente de ruido en el piso de la vecina”.

Durante la declaración de hoy, el abogado de los acusados, Marc Molins, ha puesto en evidencia, sin embargo, que era imposible que la pianista tocara todos los días de la semana porque tenía que asistir de lunes a miércoles a sus clases de música en Manresa, primero, y en Barcelona, posteriormente.

Requerimientos del ayuntamiento

El Ministerio Público asegura que los decibelios causados por las prácticas de piano superaban los permitidos por la normativa de la Generalitat. A pesar de que la afectada denunció los hechos al ayuntamiento y el consistorio instó cuatro veces a la familia acusada a que dejara de tocar el piano o insonorizaran adecuadamente la habitación, la fiscal considera que estos requerimientos no fueron atendidos.

El abogado de los acusados ha afirmado en el juicio que la desviación entre el sonido emitido y el autorizado solo era realmente de un decibelio y ha recordado que las mediciones sonométricas que llevaron a cabo los técnicos del ayuntamiento (en las que se apreciaba una desviación mayor)  tuvieron que ser anuladas porque los aparatos que utilizaron no estaban bien calibrados. 

La fiscal estima que la situación de “permanente emisión de ruido creada y mantenida por los acusados perturbó notablemente la intimidad y la tranquilidad de Sònia Bosom ocasionando a la misma lesión psíquica consistente en trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad reactivo a estresor ambiental de tipo auditivo, presente durante años”.

Angustia, pánico y alteración del sueño

Entre los síntomas causados por esta lesión, el fiscal destaca alteraciones del sueño, intranquilidad, desasosiego, angustia, labilidad emocional, episodios aislados de pánico, sentimientos de impotencia e indefensión, evitación, hipervigilancia, irritación, susceptibilidad, rumiaciones constantes y problemas en la gestación de su hijo.

El juicio durará cuatro, durante los que comparecerán varios expertos en mediciones de sonido y peritos médicos para explicar las mediciones que se hicieron en la casa de la afectada y las lesiones que sufrió. La acusación particular solicita la misma pena que el fiscal, mientras que la defensa ha pedido la libre absolución.