TRIBUNALES

El juez obliga al Palau a readmitir o indemnizar a la hija de Millet

Fèlix Millet.

Fèlix Millet.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Primer revés judicial para los nuevos gestores del Palau de la Música. Un juez social de Barcelona ha declarado improcedente el despido de la hija menor de Fèlix Millet, Clara, que desde el 2001 hasta noviembre del 2009 ocupó diversos cargos en la Fundació Orfeò Català-Palau de la Música, el último el de directora del departamento internacional. La entidad deberá readmitirla o indemnizarla con 79.000 euros.

El magistrado sostiene en su resolución que no ha quedado acreditado que Clara Millet conociera los manejos de su padre y de su mano derecha, Jordi Montull, que han confesado la apropiación de millones de euros para uso particular. La sentencia deja patente que la exdirectiva nunca ha sido imputada por el juez de instrucción que investiga el fraude.

La carta de despido atribuía a la hija de Millet conocimiento de las irregularidades cometidas por su padre y de beneficiarse del presunto desvío de dinero. El Palau exponía que Clara había viajado con otros familiares a la Polinesia y a las Maldivas a cargo del Palau, que los gastos de su boda, celebrada en junio del 2002 en el edificio modernista, habían sido sufragados por la entidad cultural y que una empresa de sus padres percibió 278.075 euros por un estudio inexistente.

EL ENGAÑO / El juez ha llegado a la conclusión de que el Palau no ha probado que Clara Millet, tal y como ella defendió durante el juicio, conociera los manejos de su padre y, menos aún, que supiera que los viajes de los que disfrutó o los gastos de su boda hubieran corrido a cargo de la entidad cultural. Clara Millet siempre ha sostenido que ella fue despedida por ser la hija del que fuera presidente de la fundación y principal imputado. La sentencia detalla que la actual presidenta de la entidad, Mariona Carulla, le ofreció seguir y que, tras coger la baja laboral, se la despidió. E incide en que si Fèlix Millet consiguió engañar a personalidades e instituciones, incluso a la denominada «sociedad civil», por qué no a su hija.

En los juzgados se celebró ayer el juicio por el despido de la secretaria de Millet, Elisabet Barberà. Los abogados del Palau alegaron que la empleada conocía las acciones ilícitas de su jefe. Ella lo negó rotundamente. Un conserje explicó en la vista que Millet le ordenó en una ocasión comprar un kilo de oro en lingotes.