Un juez envía a prisión a un pederasta por reincidente

El hombre asaltó a un segundo niño tras quedar libre con cargos meses antes

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El juzgado de instrucción número 1 de Tarragona ha ordenado prisión para un pederasta reincidente, Gregorio C.G., que había dejado en libertad provisional con una orden de alejamiento de su víctima, un niño de siete años de Vila-seca. 

Según el auto hecho público por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el juez consideró tras el primer abuso sexual (cometido, presuntamente, el 31 de diciembre del 2015) que no existía riesgo de fuga, ni de destrucción de pruebas, ni de volver a delinquir. Pero el juez optó por decretar prisión provisional y sin fianza ante una nueva denuncia, mientras investiga si cometió este nuevo delito de abuso sexual, castigado con una pena de hasta seis años de cárcel.

La nueva denuncia ha sido presentada por el padre de un menor y viene avalada por las informaciones policiales acerca de la alarma social generada en Vila-seca, que ha motivado un dispositivo de vigilancia los Mossos d'Esquadra en colegios y parques. Los nuevos abusos habrían sucedido cerca de un colegio al que "el investigado tiene una prohibición de aproximación". 

Denunciado por una mujer

En el primer caso denunciado, los abusos ocurrieron el pasado 31 de diciembre de 2015, sobre las 12:30 horas, cuando el menor se encontraba con su padre, V.T., cerca del supermercado Lidl de Vila-seca. Mientras el padre entró a comprar, el niño se quedó en la puerta jugando con un patinete y Gregorio C., "con ánimo de satisfacer un deseo sexual", se lo llevó a un lugar apartado y le "ofreció dinero a cambio de que besara sus genitales".

"Ante la resistencia del menor, lo posicionó de espaldas al imputado", prosigue el auto del juez, hasta que una mujer, que iba en coche con su marido, los vio, hizo parar el coche y recriminó al investigado su acción. El marido de la testigo también acudió al lugar con rapidez, pero el pederasta aprovechó un descuido para huir, sin embargo, el hombre le persiguió y pudo ver donde vive, lo que permitió detenerle.

El juez considera que las declaraciones del niño y de los testigos son sólidas y coherentes entre sí por lo que "existen indicios racionales que permiten atribuir al investigado los hechos objeto de la presente investigación".

Tras la segunda denuncia por otro caso de abuso sexual cometido en enero, el magistrado ha dictado una orden de prisión al considerar que los nuevos indicios apuntan a una reiteración de delitos "contra la integridad e indemnidad sexual de los menores de edad, es decir las personas más vulnerables de la sociedad".