Pederastia en la Iglesia

Un juez imputa 12 delitos se pederastia al exdirector de un colegio religioso

Concluye la investigación por los presuntos abusos sexuales cometidos a 27 menores

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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El juzgado de Cádiz que investiga los presuntos abusos sexuales cometidos por el director del colegio Salesianos, Francisco Javier López Luna, a 27 menores ha dado por concluida la investigación y, tras sostener que existen indicios de delito por parte del sacerdote, pide a las partes que se pronuncie sobre la apertura de juicio oral o el sobreseimiento de la causa.

El instructor mantiene la imputación por dos delitos continuados de abusos sexuales a menores de 13 años, siete delitos continuados de abusos sexuales a mayores de 13 años, tres delitos de abusos sexuales a mayores de 13 años, 23 faltas continuadas de lesiones y cuatro faltas de lesiones. Así, ordena que se sigan las actuaciones contra el ya exdirector del centro por trámite de procedimiento abreviado, aunque declara prescritas las faltas de lesiones y acuerda del sobreseimiento libre. El auto ordena además sobreseer las actuaciones contra J.S.A, un trabajador del centro que fue inicialmente imputado por un supuesto delito de encubrimiento.

El sacerdorte F.J.L.L. fue detenido en julio del 2013 por supuestos delitos contra la integridad moral e indemnidad sexual de varios alumnos de entre 12 y 14 años, cuyos padres denunciaron los hechos. Según explicaron los alumnos, todos varones, los citaba habitualmente en su despacho, incluso en fin de semana, y allí, como si fuera un juego les invitaba a pegarse entre ellos o él mismo les golpeaba, realizando además tocamientos en zonas con connotaciones sexuales. Todo ello a cambio de subir las notas, jugar en el ordenador del religioso o saltarse algunas clases. Lo sucedido fue descubierto por unos progenitores cuyo hijo les mostró las conversaciones privadas que mantenían por mensajes de telefonía. 

El cura estuvo en prisión preventiva un mes mientras los menores afectados se entrevistaban con el juez instructor, y fue apartado de su puesto por la dirección del centro. No obstante, su marcha causó gran revuelo en la comunidad educativa gaditana, y fueron muchos los padres –incluso llegados desde otras provincias donde había sido también directo de colegio-- que se manifestaron en la puerta de los juzgados en apoyo al sacerdote, enfrentándose con quienes respaldaban a las familias denunciantes. La crispación fue tal que hubo hasta amenazas de muerte en las redes sociales.