La protesta

Los motivos de Jorge

Un joven ingeniero de Bilbao inicia una huelga de hambre en el 'santuario' madrileño del 15-M para denunciar la insostenible situación española 6 personas, una de 70 años, se unen al ayuno

MAYKA NAVARRO
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay tanta gente ya a su alrededor que cuesta hacerse un hueco entre los que curiosean, los que apoyan y los que no entienden, y llegar hasta el joven de Bilbao, de 25 años, que desde el pasado sábado 12 de octubre está en huelga de hambre en la Puerta del Sol de Madrid. Jorge Arzuaga inició la huelga con 65 kilos. ¿Sus razones? «La necesidad de hacer que se muevan las conciencias, que se genere debate, que la gente despierte del letargo en el que estamos inmersos». No está solo, a su lado, tres jovenes, Álex, Dada, Juan y Ángel García, un jubilado de 70 años, se han sumado en las últimas horas al ayuno indefinido, junto a Mané en Sevilla y Javier en Zaragoza. «Espero que esta Puerta del Sol se vuelva a llenar de reflexión», dice Jorge, recordando el 15-M.

Cuenta Jorge, y le interrumpe su madre al teléfono, que hacía tiempo que la idea le rondaba la cabeza. Su madre trabaja en la banca, su padre está jubilado y su hermano mayor, Enrique, es periodista en paro. «Tienen la preocupación lógica de cualquier padre, pero saben que no haré ninguna locura y que pondré fin al ayuno en cuanto los servicios médicos me adviertan de que mi salud corre riesgo. Ni soy un mártir, ni lo pretendo».

Licenciado en Ingeniería de Caminos, ha trabajado en chapuzas varias. La última, la vendimia en La Rioja. Y sobre todo ha viajado. India y Perú fueron viajes iniciáticos que avivaron su compromiso social y su sensibilidad por los más desfavorecidos.

¿Crees en Dios? «Para mí, Dios no es como lo pintan. Tengo mi propia religión y esa es el amor». Interrumpe ahora un joven periodista británico que le entrevista para una radio alternativa en Londres. ¿Saben allí de la historia de Jorge? «Sí, claro, se está siguiendo su lucha por las redes sociales».

El martes por la noche, Jorge decidió trasladarse a dormir a casa de la gente que le está ofreciendo una cama para descansar. Las últimas veladas habían sido demasiado duras. En ayunas y débil no tenía ni un solo minuto de tranquilidad para poder dormir y, para colmo, una joven toxicómana se empeñó en arrebatarle la manta y al final Jorge necesitó llamar a la policía para que le ayudara. Desde entonces, se retira a las once de la noche y a las nueve de la mañana regresa puntual a su cita en el centro de Madrid.

¿Por qué Sol? «Aquí empezó todo. Esta plaza fue tomada en el 15-M y solo este podía ser el escenario de mi movilización». ¿Y después? «No tengo ni idea de lo que me deparará el destino. Espero que algo cambie. Que algo mejore». Y aparece Úrsula, con su silla plegable y su pelo blanco de sabiduría y rebeldía. Luchadora y activista antidesahucios, veterana manifestante por los derechos sociales, se ha atribuido las funciones de abuela de Jorge y cada día pasa un rato a su lado para preocuparse de que todo esté en orden. «¿Has bebido agua?» Jorge asiente y da otro trago de una de las botellas que se acumulan junto a los cartones sobre los que protesta. La gente le trae de todo. Ana, una rosa que amarra a las vallas que rodean la estatua de Carlos III en el centro de Sol.

Gobierno, dimisión

Sobre todo, lo que traen son buenos sentimientos y solidaridad. A sus pies ha colocado una gran cartulina blanca en la que, junto a la leyenda #motivosdejorge, la gente que pasa por Sol detalla sus razones para pedir un cambio de rumbo en el país. ¿No había otra manera menos traumática de protestar? «Sí, pero con escasa repercusión. Hacía falta un revulsivo». ¿Conseguirá Jorge su propósito? «Pido la dimisión del Gobierno por incumplimiento del programa electoral. No soy un iluso, no espero nada de ellos. Solo espero de la ciudadanía». Ese apoyo es ahora su mejor alimento.