la equidad de la justicia

Un joven encarcelado por estafar 800 euros espera indulto desde septiembre

El condenado no tenía antecedentes y está en prisión desde el pasado mes de junio

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JULIA CAMACHO / SEVILLA

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¿Cómo gestionar una estancia en prisión cuando sabes que lo único que te separa de tu vida anterior (familia, amigos, pareja, trabajo, hipoteca…), es un trámite burocrático? En junio del 2016 cambió la vida de Alejandro Fernández, un joven de Granada condenado a cinco años de cárcel por estafa y falsificación de tarjetas de crédito con las que, junto a unos amigos, gastó cerca de 800 euros en un centro comercial. Su solicitud de indulto lleva desde septiembre en el Ministerio de Justicia y, pese a contar con el visto bueno de la Audiencia Nacional, el tribunal que le condenó, y la fiscalía, conformes con que se reduzca su condena a dos años, aún no ha recibido noticias.

El caso de Fernández, que tiene ahora 25 años, saltó a la opinión pública en el 2016, cuando su familia incluso puso en marcha una campaña en las redes sociales para evitar su ingreso en prisión. Según contaban, era una decisión injusta tras una “chiquillada” ocurrida en el 2010, cuando fue detenido con la tarjeta falsificada en un centro comercial de Málaga.

UNA PLAY STATION

Él aseguró entonces que se limitó a comprar en una tienda batidos al por mayor por valor de 79,20 euros. Sin embargo, la sentencia no menciona este asunto y apunta más bien que fue sorprendido cuando, junto a otras tres personas, trataba de adquirir una Play Station y sus juegos por valor de 523 euros. Esa misma tarde ya habían realizado cargos por importe de 299 y 257 euros en otros establecimientos con tarjetas falsas sin problema.

Desde su detención, y en el juicio, Alejandro mantuvo siempre que en ningún momento supo que estaban cometiendo un delito y responsabilizó de todo a uno de sus amigos, con antecedentes y condenado como autor material de las falsificaciones. El Tribunal Supremo, no obstante, considera que el joven fue cooperador necesario porque dio sus datos para hacerse con las tarjetas y consideró “inverosímil y contraria a la lógica más elemental” su tesis.

“Si nunca había poseído ni visto una tarjeta de crédito, y de pronto se encuentra con que le entregan dos a su nombre, con las que puede adquirir los efectos que le apetezcan ¿cómo puede pensarse que todo esto era legal, que no era malo?”, argumentó el fallo, dictado en diciembre del 2015.

PETICIÓN DE INDULTO

Tras esa sentencia firme, el abogado de Fernández solicitó un indulto total y la paralización de la ejecución de la sentencia. Se le denegó esta última, y justo unos días después de entrar en prisión, el 7 de junio del 2016, conoció que también le denegaron el indulto total.

El letrado tramitó entonces el indulto parcial y, apenas mes y medio después, tanto fiscalía como Audiencia Nacional se mostraron favorables a concedérselo, atendiendo a que había mostrado su arrepentimiento por la participación en el hecho delictivo, a su buena conducta en el penal de Granada y a que tenía un contrato de trabajo estable. El fiscal entendía además que concurrían “excepcionales razones de justicia, equidad o utilidad pública” ante un caso de “escasa entidad y relevancia penal de los hechos”.

El expediente entró en septiembre en el Ministerio de Justicia pero, sin embargo, la decisión, en un sentido u otro, no llega, y el ánimo de Alejandro decae. “Asumió que tenía que entrar en prisión y ahora, cuando ya tiene la llave para salir, que son los informes favorables, depende de un mero trámite que no termina de producirse”, resume su abogado, Javier Gómez.