José Ignacio Wert «La 'consellera' Rigau sabe que el Estado hará cumplir la LOMCE»

La relación que el ministro José Ignacio Wert mantiene con la Administración catalana es, cuanto menos, contradictoria. Así, mientras el titular de Educación pone a la universidad de Catalunya como ejemplo de «excelencia y diversificación» para el resto de España y recibe un efusivo respaldo de la secretaría de Universitats de la Generalitat a su reforma de los grados universitarios, los tratos con la Conselleria d'Ensenyament no pueden ser, en este momento, más tensos.

-La 'consellera' Irene Rigau anunció la semana pasada un plan para evitar la separación de los alumnos en cuarto de ESO, que es, precisamente, una de las novedades que implanta la LOMCE.

-Hombre, si eso significa que los estudiantes catalanes estudiarán más horas Matemáticas, la medida no deja de parecernos, evidentemente, más que correcta. Pero lo que ha de entender la 'consellera' es que la oferta de la vía general o académica es incuestionable. Lo que sí permite la LOMCE es que sobre la base del 50% de la carga horaria, las materias troncales se amplíen según decidan las comunidades.

-¿Y qué le parece que en Catalunya se haya creado un itinerario mixto que evita la segregación, que permite a los alumnos mantener abierta la posibilidad de ir al bachillerato o a la formación profesional?

-La LOMCE prevé que haya dos vías, pero se tienen que ofrecer las dos.

-Pero la Generalitat dice que en los institutos más pequeños esta opción mixta será la única que se ofrecerá para cursar el último curso de la ESO...

-Mire, se ha conseguido una financiación suplementaria justamente para que, por pequeño que sea el instituto, se tengan que ofertar las dos vías.

-¿Tiene ya datos concretos de cuántas familias han solicitado la ayuda de 6.000 euros para escolarizar en castellano a sus hijos en un centro privado?-Ha habido del orden de 362 peticiones. Una por día del año. No están todas resueltas porque hemos pedido a la Generalitat que aporte información para verificar si estos solicitantes reúnen los requisitos, pero de momento el Ejecutivo catalán responde con el silencio administrativo. Por lo tanto, todavía no se puede facilitar cuántas peticiones se reconocerán finalmente. Pero todavía estamos dentro del plazo de seis meses fijado.

-¿Entiende usted que con todo esto la Generalitat de Catalunya está declarándose insumisa a la LOMCE?

-No le quiero poner adjetivos, pero quiero decir que, como no podría ser de otra manera, la obligación que tenemos es que las leyes del Estado se cumplan en todo el territorio. Por tanto, como sabe la consellera, porque lo hemos hablado en varias ocasiones, optaremos por la vía del requerimiento. Y cuando los requerimientos no lleguen a una resolución satisfactoria de las discrepancias, el Estado aplicará los instrumentos jurídicos de que dispone para hacer cumplir la LOMCE. Pero, por supuesto, la voluntad del ministerio sería resolver estas diferencias en el diálogo bilateral, como hemos resuelto, por otra parte, otros asuntos con la propia Catalunya.

-¿Qué valoración hace de este primer año de LOMCE?

-Este primer curso la reforma tiene un alcance limitado. Solo se está aplicando en primero, tercero y quinto de primaria y en la FP básica. Y justamente en Catalunya, entendemos que lo que ha hecho la Generalitat para poner en marcha esta FP básica no satisface los requisitos. En todo caso, es una asunto sobre el que estamos dialogando. En términos generales, vamos por el buen camino, las cosas se están haciendo al ritmo previsto y hay un amplio consenso en las materias en que necesariamente el éxito pasa por la cooperación de las comunidades autónomas. Estoy seguro, además, de que según vayamos avanzando en la implantación de la LOMCE, a medida que se vea que las medidas que se aplican son un éxito, la reforma se mantendrá.

-Hay quien dice que la LOMCE le supuso a usted tanto desgaste, que ahora no se ha atrevido a abordar una reforma universitaria a fondo.-Si se refiere a la reforma de la gobernanza, esta no se puede abordar sin haber modificado antes la financiación de las universidades. Pero, es cierto, esto quedará desde luego como tarea pendiente.