Gente corriente

José Cánovas: "Cada día salgo a buscar un 'sí' entre muchos 'no'"

Miembro activo de la 'generación Interrail'. Tras seis años en paro, vende libros de sus viajes en tren para llegar a fin de mes

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GEMMA TRAMULLAS

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Cuando tenía 20 años se plantó en la estación de Sants con una pequeña mochila de mano y el objetivo de llegar al círculo polar ártico en tren. Fue el inicio de una serie de cinco viajes con Interrail, un popular pase que entonces permitía recorrer toda Europa a ritmo lento y por poco dinero. Lo que no imaginaba este delineante de 45 años y carácter tímido es que las notas que tomó de aquellas aventuras acabarían convirtiéndose en una serie de libros que él mismo vendería puerta a puerta para llegar a fin de mes.

-Se necesita valor para vender algo puerta a puerta. Mucho, muchísimo. Pero estoy en paro desde el 2010, con algún contrato de pocos meses o incluso por horas, y tengo una hija de año y medio. No puedo quedarme en el sofá esperando a que contesten los currículos que he enviado. Esto lo hago para sacar dinero, es una ayuda que necesito para vivir. Los libros también están en Altaïr y Amazon.

-¿Qué siente al pisar la estación de Sants? Es una sensación muy bonita de todo lo que he vivido. Sants ha sido el punto de salida de todos los viajes. Aquí quedamos por primera vez los tres amigos que en 1991 salimos hacia el círculo polar ártico para ver el sol de medianoche.

-¿Tenían experiencia viajera? Yo solo había ido a Holanda en un viaje de fin de curso y jamás se me había ocurrido que se pudiera coger un tren en Sants y llegar a Laponia. Llevábamos una pequeña mochila para un viaje de cuatro semanas.

-¿A Laponia con una mochila de mano? Sí. No llevábamos saco, ni esterilla, ni tarjeta de crédito, ni mapas, ni guías turísticas... solo teníamos las indicaciones de un empleado de la oficina juvenil de la calle de Ferran. No existían los móviles, ni internet. ¡Ni siquiera hablábamos inglés!

-Y pensar que ahora no salimos de casa sin consultar Google... Nosotros fuimos a Laponia solo con la idea de que podíamos llegar allí enganchando un tren detrás de otro.

-¿Y si perdían un tren? Pues cogías otro, aunque fuera a otro destino y dieras un poco de vuelta. Lo mejor del Interrail es que sabías que comenzaba algo pero nunca sabías cómo terminaría. Se trataba de descubrir Europa de manera libre, a tu ritmo, sin que nadie te diga qué tienes que ver. Lo escribo en el libro: «Es importante el destino pero más importante es lo que te ocurre en el camino».

-Ese primer viaje dio para el primer título de la serie: Tulipanes y vikingasEs un libro que describe de forma muy fiel todo lo que nos pasó. El segundo relata dos viajes: Barcelona-Estambul y Barcelona-Marrakech. Ahora estoy escribiendo el tercero, que acaba en el lago Ness.

-El Interrail ya no es lo que era. Ahora existen las líneas aéreas low-cost y la alta velocidad ha acabado con los trenes-hotel que conectaban Barcelona con París (el Joan Miró), Zúrich (el Pau Casals) y Milán (el Salvador Dalí). Quedan líneas como la de Algeciras-Ronda, que es una maravilla, pero como no es rentable la quieren anular.

-Ahora en su mochila lleva libros y su destino son las calles de Barcelona. Voy a empresas y comercios, nunca a casas particulares y en los dos años que llevo haciéndolo el 99% de la gente ha sido muy amable. Si me dicen que no quieren comprar el libro les dejo un folleto con mi web [josecanovas.com] y mi teléfono, por si conocen a alguien a quien pudiera interesarle. Y, entre tantos no, de vez en cuando recibo un sí. Eso es lo que hago cada día, salir a buscar un  entre muchos no.

-¿Y no le frustra recibir tantos noA mí lo que me frustra es no encontrar un trabajo com cal.