LOS PREMIOS DE EL PERIÓDICO

"Son 'jems', no manos"

Joaquim Maria Puyal empezó, en 1976, con su 'Futbol en català' consciente de que debía mejorar su catalán y no paró hasta lograrlo

Joaquim Maria Puyal.

Joaquim Maria Puyal. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Bilbao

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El galardón, el reconocimiento, el homenaje, fue paraJoaquim Maria Puyal (Barcelona, 1949). Él no quería. Es más, anoche ni siquiera quiso que le acompañaran los suyos. Se llevó a la fiesta a un amigo, bueno, a uno de sus colaboradores más próximos. Se lo pidió como favor "personal" y el caballero accedió, claro. Entrar en la fiesta delCatalà de l'Any y que el premio acabe en manos de tu amigo no deja de ser un honor, un talismán.

Aunque me consta que su/mi amigo no es tan ingenuo para pensar que fue él quien trajo suerte al maestro Puyal, al doctor Puyal como le llamaba de madrugadaJosé María García. Cuando Quim entró en esa sala ya eracatalà de l'any y hasta del siglo, pasado y este. En el bolsillo derecho llevaba cuatro premios Ondas; en la solapa, cómo no, toda unaCreu de Sant Jordi; en el bolsillo interior de la americana, el más cercano al corazón, su carnet de miembro, casi de honor, o sin casi, del Institut d'Estudis Catalans; en el derecho, el de la cartera, sus licenciaturas en Filología Románica y Ciencias de la Información, y en su rostro, la felicidad, el orgullo de ser el mayor comunicador que tiene Catalunya y el mago de formatos televisivos comoVostè jutja,La vida en un xip oUn tomb per la vida.

Da la sensación de que el jurado, por más popular que fuese, por mejores y más complejos sistemas de votación que usase, no hizo más que reconocer que ese hombre, ese profeta de la comunicación, merecía el galardón, aunque él creyese que el doctorBrugada oLaia Sanz lo merecían más. Más que él no lo merece nadie. Porque si se premian las aportaciones que un catalán hace a Catalunya, lo que Puyal ha hecho por la comunicación en este país es único. Porque única y pionera fue la idea de empezar a retransmitir el fútbol en catalán en 1976. Hasta hoy.

"La lengua --suele explicar Puyal, tan práctico como teórico, tan locutor como narrador, tan profesor como alumno, tan loco como sensato, tan currante como honoris causa, tan jefe como becario, tan mandón como obediente, tan amigo como oculto, tan discreto como llamativo, tan cómplice como individualista-- va detrás del oficio, sin pagar peajes emocionales, porque eso es vivir la lengua con normalidad. Retransmitir en catalán no es muy importante, y que sea el Barça, tampoco, porque el reto y la clave son siempre los mismos: respetar este oficio".

El oficio que él ve tambalearse día a día, sobre todo en la televisión. "Si los que salen en la tele no tienen límites --contaba en el Dominical de este diario-- un día aparecerán desnudos, o defecando, o matándose. Y ni en ese supuesto intervendrá la justicia".

Puyal es, sin duda, el comunicador que ha hecho de su fútbol en catalán ¿lo han premiado, fijo, por muchas cosas pero yo me quedo, lo siento, con esa sonora, cómplice, contagiosa, entrañable, emocionante, emocional, sensiblera y palpitante idea¿ la mayor de las aportaciones a la normalidad lingüística. A mí no me consultó --y a fe que lo deseaba-- pero yo, si hubiese sido él, habría ido a ese acto acompañado deJordi Mir, el hombre que le ayudó a dar los primeros pasos en las transmisiones deFutbol en català. Mir, grandote, silencioso, sabio, matemático con su lengua, preciso y precioso en la designación de las nomenclaturas ("no digas patada, di puntada; no digas despejar, direfusar; las manos sonjems, el libre directo es unflekic", le sugería), repasó, con meticulosidad de monje, todas y cada una de las transmisiones de Puyal de sus primeros años.

El premio a Puyal es el reconocimiento a mucha gente, profesor y alumnos suyos, compañeros y oyentes. Pero yo creo, lo siento, que es un poquito más del bueno de Jordi Mir.