FAUNA ASILVESTRADA

La jauría salvaje de Lleida ataca la misma granja por tercera vez

El amo del rebaño lamenta impotente el escaso interés de las administraciones

Ramon Agustí con los cadáveres de las ovejas muertas en el primer ataque de los canes, el 5 de noviembre.

Ramon Agustí con los cadáveres de las ovejas muertas en el primer ataque de los canes, el 5 de noviembre.

EVA VISA / LLEIDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La jauría de perros salvajes de Seròs (Segrià) ha atacado por tercera vez en dos semanas al mismo rebaño de ovejas. El propietario de los animales, Ramon Agustí, no encuentra consuelo. En esta última ocasión, la manada de canes asilvestrados hirió gravemente a dos ovejas. El daño no fue peor ya que el pastor llegó a tiempo para evitar una nueva matanza.

Tras el primer ataque, el más mortífero, el ganadero decidió pasar todas las noches en el corral para proteger a sus animales. «Esto me va a costar la separación», dice medio en broma, medio en serio. En este último asalto, el hombre dejó solo al ganado durante una hora, el tiempo de ir a su casa para darse una ducha y cenar algo caliente. Cuando volvió, en seguida supo que los canes habían vuelto a hacer de las suyas.

«Vi a las ovejas fuera del recinto, porque los perros habían conseguido tirar al suelo la valla del corral. La cara de pavor del rebaño lo decía todo», explica el pastor. Se queja de que las administraciones «se pasan la pelota de unas a otras» y manifiesta, desolado, que la situación «no se puede alargar más». Su rebaño ha sufrido tres ataques y está convencido de que habrá un cuarto. «No puedo quedarme todas las noches en el corral. Ya hace mucho frío. Si no los encuentran, llevaré el rebaño a la plaza del Ayuntamiento y que hagan los que quieran con él», afirma en un tono algo irónico.

A principios de mes, Agustí tenía 645 ovejas. Ahora le quedan 422, un tercio menos de ganado. La mayoría de las ovejas han muerto por asfixia al tratar de huir de los perros. Se amontonan unas sobre las otras y llega un momento en que no pueden respirar.

El dispositivo de búsqueda desplegado por la Generalitat para tratar de capturar al grupo de perros continúa en marcha. Los agentes rurales y un equipo de seis cazadores realizan batidas en la zona y tienen permiso para disparar con arma de fuego si los avistan. El jefe de los rurales en Lleida, Llorenç Ricou, asegura que su localización «no será fácil», porque estos canes se mueven constantemente en un espacio muy grande y se esconden durante el día.

LOS CACHORROS / Este lunes los agentes rurales capturaron cinco cachorros del grupo de perros asilvestrados tras localizar su guarida, aunque sigue sin haber hallar rastro de los adultos. La camada tiene entre dos y tres meses y está ahora en la perrera de Alcanó (Segrià), a la espera de una familia de acogida.

La mala suerte de Agustí no ha pasado desapercibida entre sus compañeros de profesión. Algunos le han ofrecido ovejas de sus ganados. Es un gesto que agradece pero que, por ahora declina. «Lo único que quiero es que los atrapen de una vez», afirma indignado. «Las protectoras de animales», añade, «salen en defensa de los perros pero mis ovejas también son animales y ya han sufrido mucho».