INSTALACIÓN CIENTÍFICA INTERNACIONAL

La isla de La Palma albergará el mayor telescopio de rayos gamma

La red al completo, con otra sede en Chile, tendrá 200 millones de euros de presupuesto

Representación artística de los cuatro telescopios gigantes propuestos para el CTA en La Palma.

Representación artística de los cuatro telescopios gigantes propuestos para el CTA en La Palma.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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El Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, será la sede en el hemisferio norte de la red de telescopios Cherenkov (CTA), dedicados a la detección de rayos gamma de muy altas energías, una radiación resultado de algunos de los fenómenos más violentos del Universo pero que, paradójicamente, resulta difícil de observar. La nueva instalación de La Palma estará constituida por una veintena de telescopios.

La candidatura española se impuso a la del Observatorio de San Pedro Mártir (México) durante la votación final del consejo de la red Cherenkov, en la que están representados 14 países, mientras que la sede del hemisferio sur se situará en el observatorio de Paranal (Chile). Contar con dos núcleos permite tener una cobertura planetaria.

Entre los participantes españoles se cuentan grupos catalanes del Institut de Física d'Altes Energies (IFAE) y del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya y, de las universidades de Barcelona, Autònoma de Barcelona, Complutense y Jaén, así como del Instituto de Astrofísica de Canarias.

En La Palma ya hay dos telescopios dedicados a observar rayos gamma, los Magic, pero la nueva instalación multiplicará por 10 la capacidad actual. El primer telescopio CTA se instalará el próximo año. Ya se está trabajando en él y «será una especie de modelo para validar los restantes», dice uno de los participantes en el proyecto, Javier Rico, investigador del IFAE. La previsión es que el CTA empiece a dar resultados a partir del 2020. «Los rayos gamma los producen fenómenos muy energéticos», comenta Rico, como cuando se forma una supernova y el material que expulsa acaba chocando con la materia que hay en el espacio. O cuando agujeros negros supermasivos sueltan chorros de partículas. «A mí personalmente -insiste el físico del IFAE- me interesa estudiarlos por si proceden de una interacción con la materia oscura», la enigmática sustancia que constituye gran parte del Universo.

La nueva red de telescopios tiene un coste de 200 millones de euros, de los que 70 son para el observatorio canario. España aporta 40.