Investigación sin gasolina

Anna Roig y Mariano Campoy, subdirectora e investigador del Institut de Ciències de Materials de Barcelona, el viernes, en las instalaciones del centro.

Anna Roig y Mariano Campoy, subdirectora e investigador del Institut de Ciències de Materials de Barcelona, el viernes, en las instalaciones del centro. / DANNY CAMINAL

MICHELE CATANZARO / Barcelona

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La gasolina que alimenta la ciencia en España se llama Plan Nacional de I+D+i: esta parte de los Presupuestos Generales del Estado es el flujo mínimo de dinero sin el cual los científicos difícilmente pueden mantener una actividad investigadora competitiva. El Estado le está negando esta gasolina a una tercera parte de los receptores de estos fondos. Otra tercera parte no sabe si podrá repostar en el 2014, cuando se le acabe la reserva del 2013.

Cada año miles de proyectos de investigación compiten para los fondos del Plan Nacional, y los ganadores reciben los fondos a lo largo de los tres años sucesivos. Pero los proyectos que se adjudicaron en el 2012 y que tenían que empezar este año (una tercera parte del total) aún no han visto ni un euro.

Las malas sorpresas empezaron en enero, cuando salió en elBOEla lista de ganadores del 2012.«De los 223.000 euros que pedí para mi proyecto me asignaron solo 100.000: las reducciones fueron mucho mayores que en años anteriores», explica Matiano Campoy, investigador del Institut de Ciències de Materials de Barcelona (Icmab-CSIC) y premio al mejor investigador novel del 2012 de la Real Sociedad Española de Física. Su proyecto consiste en pintar plásticos flexibles con un barniz que los convierte en paneles solares.«Además, se anunciaba que la financiación de los proyectos se pagaría en cuatro años, en lugar de tres, y que el primer año se daría solo el 7% en muchos casos, mientras en años anteriores se daba hasta el 80%. Siete mil euros no sirven para empezar un proyecto, y además ¡no nos han transferido tampoco esos!», agrega.

El plan de pagos entregado por el Ministerio de Economía a los centros preveía que la transferencia se hiciera en febrero, según fuentes del área de soporte a la investigación de la Universitat de Barcelona (UB), pero el dinero aún no se ha transferido a los centros. Algunos de ellos lo están desembolsando de sus fondos para permitir el inicio de los proyectos: la UB, por ejemplo, está adelantando una cantidad correspondiente al 18% de los fondos del Plan Nacional de sus científicos.

Fuentes del ministerio aseguran que la solución es inminente, y que se está negociando con Hacienda para juntar la cuarta anualidad con la primera, de manera que los pagos se vuelvan a hacer en tres años, y el porcentaje del primer año sea mayor.«Mientras tanto, nos apañamos con ahorros», explica Anna Roig, subdirectora del Icmab, que tiene aprobado un proyecto para producir nanopartículas de manera más eficiente, de cara a aplicaciones industriales. Entre los investigadores implicados en el proyecto está Martí Gich, que publicó la semana pasada un artículo enScience, una de las principales revistas científicas del mundo.

Otra tercera parte de los investigadores financiados por el Plan Nacional también está en vilo. Son los científicos cuyos proyectos se acaban en el 2013. A estas alturas del año, aún no se ha abierto la nueva convocatoria del Plan Nacional, así que no saben si podrán continuar sus investigaciones con fondos del Estado a partir de 2014.«El tiempo mínimo necesario entre la convocatoria y la resolución es de siete meses, así que si no se convoca el nuevo Plan Nacional este mes de mayo, será imposible asignar los fondos antes que se acabe el 2013», explica Alica Durán, representante de CCOO en el consejo rector del CSIC.

«Tengo un técnico y un investigador posdoctoral cuya continuidad depende de la continuidad de la financiación: si no llegan los fondos, estarán obligados a buscarse la vida», explica Pere Puigdomènech, científico del Centre d'Investigacions en Agrigenòmica, cuyos estudios se centran en el ADN de las plantas de cultivo.

Fuentes del ministerio aseguran que la convocatoria se abrirá en pocas semanas, pero muchos científicos creen que la última palabra la tendrá el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que hasta ahora no ha priorizado la ciencia. Ferrán Martín, catedrático de electrónica de la UAB que espera presentar un proyecto sobre nuevos materiales para las telecomunicaciones, manifiesta su desconcierto.«Jugar con la investigación es peligroso, necesitamos un cambio de modelo económico para salir de la crisis: no podemos tirar tres décadas de progresos», afirma.