Análisis del sistema educativo

"Para reducir el fracaso escolar, es urgente una reforma de la ESO"

Alumnos del instituto de Pineda de Mar, manejándose en clase con ordenadores.

Alumnos del instituto de Pineda de Mar, manejándose en clase con ordenadores.

María Jesús Ibáñez

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¿Cómo es posible que las administraciones no reaccionen con más contundencia cuando uno de cada cinco estudiantes catalanes todavía no consigue terminar la educación obligatoria? ¿Realmente piensan los responsables educativos que el problema es una derivada del mercado laboral? ¿Nadie ha pensado que lo que falla es el sistema, en particular la ESO? Todas estas y bastantes más preguntas se plantea el informe La escuela no es para ti, en el que Aina Tarabini, socióloga y profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), desgrana cuál debe ser el rol de los centros educativos y de los docentes en la siempre difícil lucha contra el fracaso escolar. 

El estudio, el último de los elaborados por la Fundació Jaume Bofill, organización especializada en el análisis del sistema educativo, insta a "abordar con urgencia una reforma de la educación secundaria obligatoria en Catalunya", como clave para evitar que "cada año varios miles de estudiantes se queden por el camino", ha indicado este martes, en la presentación del informe, el director de la Bofill, Ismael Palacín.

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"Y lo más preocupante", ha subrayado Tarabini, "es que el fracaso castiga de forma particular a los estudiantes procedentes de las clases sociales más bajas, sobre todo inmigrantes". De ahí que, según ha concluido la investigadora social de la UAB, "se haga necesario combatir la segregación escolar, los institutos gueto en los que se concentran esos alumnos, para poner fin al abandono prematuro". "Es un problema de equidad: el sistema no está reduciendo la desigualdad social que hay de partida entre los alumnos", ha zanjado.

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Un pez que se muerde la cola

Hay varias razones que explican lo que está ocurriendo. De entrada, en los 300 centros de máxima dificultad en los que se concentran estos alumnos en Catalunya trabajan unos profesores que soportan muchas veces una gran sobrecarga, que viven una alta rotación de personal de un curso al otro y que afrontan a diario el reto de tener que bregar con múltiples problemáticas de los alumnos y sus familias. "Esto provoca que las expectativas de los docentes en estos centros sean más bajas que en otros institutos y que, por ende, también lo sean las de los estudiantes", ha señalado la autora del informe. Es como un pez que se muerde la cola.

Mientras no se resuelvan las condiciones de estos institutos, ha afirmado Tarabini, difícilmente se rebajará la tasa de abandono escolar prematuro, uno de los principales indicadores del fracaso escolar y que en el 2015 se situaba en Catalunya en el 18,9% (el 20% en el conjunto de España), solo superada por Malta en los países de la Eurozona. Los datos dicen que los más afectados son los chicos, un colectivo que en un 21,8% (un 24% en España) deja los estudios antes de terminar la ESO, o que si se gradúan, ya no siguen adelante con estudios posobligatorios, frente al 15,8% de las chicas que abandonan.

"La situación es insostenible y ahora ya no se produce, como se producía años atrás, por la presión del mercado laboral, que robaba estudiantes a la escuela", ha señalado Palacín. "El foco dominante del mundo del trabajo sigue ahí, evidentemente, pero hay que ver también qué políticas educativas se aplican y cómo están trabajando los centros", ha agregado la autora, que ha estado investigando durante tres años y medio en distintos institutos públicos de secundaria de la ciudad de Barcelona, dentro de un proyecto bautizado como Abjoves.

Propuestas de cambio

Entre las propuestas de cambio en las políticas educativas, el informe de la Bofill plantea la necesidad de "desplegar un plan de choque contra la segregación escolar, liderado por la Conselleria d'Ensenyament", en el que también pueden intervenir los ayuntamientos, "ya que de ellos depende por ejemplo la preinscripción". 

También se recomienda "proteger a los centros educativos que concentran más complejidad social, garantizando un acompañamiento institucional sostenido". "Eso no implica, en absoluto, un alto coste presupuestario. Eso significa que con una buen distribución de los recursos, no de forma lineal, se pueden realizar mejoras importantes en los institutos que tienen más tasa de abandono", ha agregado el director de la Bofill. Algunas de las medidas por las que aboga la entidad: la reducción de la ratio máxima a 20 alumnos por aula, la ampliación de los tiempos para que los profesores preparen sus clases, se formen y se coordinen con otros docentes y la estabilidad de plantillas.

En definitiva, lo que aconseja el estudio, uno de los más ambiciosos que se han hecho en los últimos tiempos en esta materia, es emprender un camino prácticamente contrario al que marcó la polémica ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) en el 2013. "Hace falta una ESO que se aleje radicalmente de las reválidas, de la formación profesional básica y del resto de medidas de expulsión que plantea la actual ley", han sentenciado los expertos.

Cambios en la formación inicial de los docentes

Sí, es cierto que las agrupaciones de alumnos -lo que en lenguaje popular serían <strong>las clases de los listos y las clases de los rezagados</strong>- tienen un peso determinante en el éxito o el fracaso de los estudiantes (investigaciones anteriores dicen que <strong>uno de cada tres institutos en Catalunya practica este tipo de segregación</strong>), pero tan importantes como esas agrupaciones son los docentes que imparten clases a esos alumnos. "Los profesores tienen la llave para combatir el abandono", asegura Aina Taraibini, socióloga de la educación y autora del informe 'La escuela no es para ti' de la fundación Jaume Bofill.