Un convoy mata a un hombre en el paso a nivel de salou

Indignación en Tarragona por otro atropello del tren

El punto de las vías donde se produjo el accidente de ayer en Salou.

El punto de las vías donde se produjo el accidente de ayer en Salou.

RAFAEL MORALES
fTARRAGONA

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Un convoy del Euromed arrolló ayer a D. F. S. S., de 67 años, cuando, según los todos los indicios, cruzaba el paso a nivel de la calle de Gandesa de Salou (Tarragonès) con las barreras bajadas. Es al menos la séptima muerte, entre accidentes fortuitos y suicidios, que se registra este año en el tendido ferroviario de la Costa Daurada. Alcaldes y, sobre todo, vecinos del territorio están indignados y reclaman que se hagan pasos que mejoren la seguridad.

Segur de Calafell, Salou y Cambrils son los principales puntos negros del trazado ferroviario catalán. En ellos se registra el mayor número de muertes. Ni Renfe ni Adif dan cifras oficiales, pero asociaciones de vecinos de Segur -donde hace más de 20 años que reivindican pasos soterrados- aseguran que desde el 2007 se han producido más de 30 muertes en la Costa Daurada. «Estamos indignados», aseguró ayer Elena Rubio, de la asociación de vecinos Sant Miquel de Segur de Calafell.

Muy indignado también estaba ayer el alcalde de Salou, Pere Granados (CiU). «Esta muerte -dijo- se suma a las muchas que ya se han tenido que lamentar» en una vía que está pendiente de desmantelar desde el año 2000. Granados se refiere al proyecto de desdoblamiento de la vía única entre Vandellòs y Tarragona, que prevé cambiar el trazado hacia el interior para eliminar la barrera y el peligro que las vías suponen para muchas poblaciones turísticas. «Pero las obras llevan muchos años de retraso», añadió el alcalde.

PUEBLOS DIVIDIDOS / En Cambrils (Baix Camp), donde este año han muerto dos personas arrolladas por el tren, la alcaldesa, Mercè Dalmau (CiU), también se queja del trazado ferroviario que divide al municipio. «Supone un barrera física para el pueblo y un peligro constante», afirma. «Seguiremos reclamando que se aceleren las obras» para el desdoblamiento, añade Dalmau.

Más comprometida es la situación del alcalde de Calafell, Joan Olivella (CiU), que ganó las últimas elecciones municipales con un programa electoral en el que se comprometía a construir un paso subterráneo en el núcleo de Segur.

«Llegamos a un acuerdo verbal con Adif a finales del 2011, pero me temo que nos están tomando el pelo», manifestó ayer Olivella. El paso de la calle del Pisuerga, uno de los cinco que se llegaron a proyectar en el 2003, sigue sin construirse, como el resto. En ese punto, donde los vecinos se abren paso entre las vallas, murió en septiembre una mujer que cruzó la vía para ir al mercadillo de los viernes. A poca distancia, en enero, fue arrollada Angelina, una anciana que cruzaba la vía para recoger comida en los contenedores de un supermercado.

«Llevamos más de 20 años reclamando pasos seguros y no vamos a dejar de luchar ahora», explicó Rubio. Esta dirigente vecinal afirma que el ayuntamiento no se puede escudar en Adif porque «también es su responsabilidad». Por ello, la semana pasada pidieron al alcalde que invierta en construir el paso de la calle del Pisuerga los 1,2 millones de beneficios que ha obtenido el consistorio por la recaudación del IBI.