ENTREVISTA

Ignasi Casanova: «La Luna no tiene metales que salga rentable traer a la Tierra»

El profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) lidera un grupo de exploración planetaria

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El profesor Ignasi Casanova lidera en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) un grupo de investigación planetaria que ya ha colaborado en diversas misiones espaciales. Su equipo trabaja ahora, por ejemplo, en un demostrador para extraer oxígeno de los silicatos lunares a base de reacciones con hidrógeno, lo que se conoce en inglés como 'gardening'. «Creo que algo es muy prometedor», asegura. Llevando desde la Tierra un kilo de hidrógeno, un elemento muy poco pesado, se pueden obtener 16 kilos de agua en la Luna.

-Además de polvo, ¿la Luna tiene algo que nos interese?

-Las investigaciones de las dos últimas décadas nos han permitido confirmar que hay agua. Por supuesto, no hay lagos ni ríos, ni siquiera grandes cantidades, pero es seguro que hay hielo, posiblemente combinado con minerales. Y no solo en lugares donde no toca nunca el sol como el fondo de cráteres, sino también de forma más distribuida por otras zonas.

-¿Y además de agua?

-En el regolito [la capa superficial de polvo y piedras lunares] puede haber mucho helio-3, un isótopo del helio que no existe en la Tierra y que puede ser muy interesante para la industria si se desarrollo la fusión nuclear [el ITER, por ejemplo]. Es algo muy precioso, el único recurso lunar que te podrías plantear extraerlo para llevarlo luego a la Tierra.

-¿Y las tierras raras?

-Es cierto que allí tenemos anortositas, unas rocas que concentran tierras raras, pero no hay cantidades que las hagan explotables para llevarlas a la Tierra. Y lo mismo sucede con el titanio y otros metales interesantes, pese a que sabemos que en algunas rocas son abundantes.

-Nada del otro mundo.

-La Luna se formó de resultas del impacto de la Tierra con otro planeta. Así que, salvo excepciones como el helio-3, lo que hay allí lo encontramos también aquí, por lo que difícilmente se va a plantear su explotación para traerlo a la Tierra. En cambio, lo que sí puede ser interesante es emplear esos materiales para el abastecimiento in situ. Hay mucho hierro y silicio, fáciles de extraer, que podrían servir para construir bases y paneles solares. La Luna también puede ser muy útil para montar allí infraestructuras que nos permitan ir más allá en la exploración espacial. Por ejemplo, el agua podría emplearse para gasolineras donde podrían repostar naves espaciales.

-¿Trabajar en la Luna es algo factible?

-Es un tema aún no resuelto. Uno de los motivos es que la Luna es un lugar prístino que debemos conservar. La Luna no es propiedad de nadie.

-Me refería a dificultades técnicas.

-Además del impacto ambiental, el simple hecho de levantar polvo nos va a estropear las posibilidades de la Luna como excelente observatorio astronómico y, por supuesto, va a hacer muy difícil la minería. Esas micropartículas son muy abrasivas para cualquier sistema de extracción.

-¿Y cómo se viviría allí? ¿No tenemos peligrosas radiaciones?

-Los primeros habitáculos serían lógicamente las propias naves, pero las estructuras permanentes deberán ser subterráneas. Aunque no se ha explorado mucho, parece ser que hay cuevas volcánicas que podrían servir de refugio. En cualquier caso, al principio sería todo robótico, sin personas.

-¿De qué plazos estamos hablando?

-No me atrevo a decirlo, pero varias décadas. Aunque la tecnología está disponible, me molesta cuando hay gente que habla de plazos de 15 o 20 años. He visto muchos plazos que se han agotado. En los años 90, en EEUU se dijo que la primera misión tripulada a Marte sería en el 2011. Es un asunto complicado: a la gente le cuesta pensar por qué se han de gastar tanto recursos para ir a la Luna con los problemas que tenemos aquí.

-¿Y que le parece la explotación turística de la Luna?, ¿tiene futuro?

-Mi impresión es que la Luna no tiene mucho atractivo turístico. Cuando Buzz Aldrin llegó allí, lo primero que dijo fue: «¡Qué magnífica desolación!» Hay incluso una pequeña gravedad, por lo que ni siquiera vas a tener la oportunidad de flotar totalmente. Habrá unas grandes vistas de la Tierra, no lo niego, pero creo que hay destinos con más futuro turístico.