ABUSOS COMETIDOS POR CURAS

La Iglesia ve indicio de delito en los Romanones

Román Martínez, líder del clan de los Romanones, acusado de abusos sexuales.

Román Martínez, líder del clan de los Romanones, acusado de abusos sexuales.

JULIA CAMACHO
SEVILLA

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El arzobispo de Granada, Javier Martínez, no solo dio credibilidad al relato de los supuestos abusos sexuales cometidos por varios curas del clan de los Romanones, apartando a los cuatro sospechosos, sino que transmitió sus sospechas a la Congregación de la Fe en Roma.

Según el expediente que remitió al juzgado tras recibir un ultimátum, Martínez apunta que la investigación interna concluye que hay  ««apariencia de delito» en el relato que hace la supuesta víctima de los abusos sexuales. Y señala la conveniencia de que las pesquisas se extiendan al resto del grupo, «compacto y muy cerrado», ante la posibilidad de que algunos de sus miembros «hayan sido víctimas convertidas con el paso del tiempo en cómplices en mayor o menor grado».

La acusación particular y la popular esgrimen ahora estos datos para subrayar la responsabilidad civil subsidiaria del arzobispo, al que quieren citar a declarar como testigo, y apuntalar la tesis de «asociación ilícita». De esta manera, intentan evitar que la Audiencia de Granada archive parte del  proceso judicial al  haber prescrito gran parte de los delitos. Con dicha prescripción, aceptada por la fiscalía, el juicio solo se seguiría para el padre Roman, cabecilla del grupo.

La defensa, sin embargo, reduce las afirmaciones a «meras conjeturas», ya que se basan únicamente en la entrevista realizada a la víctima tras destaparse su caso al contárselo en una carta al papa Francisco.