El hospital rectifica y accede a que Andrea tenga una muerte digna

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Andrea, tras una vida difícil, tendrá finalmente la «muerte dulce» que desde hace varios meses reclamaba su familia. Los padres de la niña se preparaban ayer tarde para el doloroso momento de despedirse de su pequeña, a la que iban a visitar también los abuelos, para luego, en unas horas, dejar que se iniciara la cuenta atrás que pondrá fin a su vida. Tras la intervención del juez, el Hospital Universitario de Santiago, donde está ingresada la niña de 12 años afectada por una enfermedad degenerativa irreversible, rectificó ayer y accedió a retirar el soporte vital -la sonda gástrica- a través del que recibía alimentación. La paciente, explicó el abogado de la familia, Sergio Campos, iba a ser sedada y solo está previsto mantener «una mínima hidratación» para que los medicamentos hagan efecto. «Pueden ser dos, cuatro, ocho o 38 días», expuso el letrado acerca del proceso que se abre hasta el desenlace final.

Todo se precipitó ayer al mediodía. El titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Santiago, Roberto Soto, estaba reunido con Estela Ordóñez y Antonio Lago, los padres de Andrea, a los que había citado en su despacho tras haber visitado el viernes a la niña en el hospital junto a un forense, cuando recibió la noticia de que la dirección del hospital y el equipo médico aceptaban «flexibilizar» el tratamiento tras haber constatado lo que venía manteniendo la familia: que el estado de la menor había empeorado sustancialmente. Según precisó después la gerencia del hospital en una nota, en las últimas horas se habían producido «cambios clínicos» en la situación de la paciente que recomendaban modificar el plan terapéutico.

REUNIDOS CON EL JUEZ / Los progenitores abandonaron precipitadamente la sede judicial y no fue hasta después de llegar al complejo hospitalario cuando supieron el alcance de la rectificación. Aunque el tratamiento paliativo que recibirá ahora la menor es más complejo y tiene varias fases, se resume en lo que había pedido la madre de Andrea cuando denunció que existía un «ensañamiento terapéutico» con su hija: «Solo queremos que la seden y que se pueda ir poco a poco, sin sufrir. No estamos pidiendo la eutanasia».

Desde que los padres de Andrea decidieron dar el paso de denunciar públicamente lo que estaba sucediendo, el hospital ha negado una mala praxis médica con la menor y ha mantenido que la terapia ha sido siempre la adecuada a la situación concreta de la paciente en cada momento, algo en lo que se ratificó ayer tras acceder a retirar la alimentación artificial. Aunque la familia contaba con el aval del comité de ética asistencial del hospital, que en un informe no vinculante del 14 de septiembre recomendaba retirar la alimentación artificial e instaba a considerar la sedación paliativa «como tratamiento posible e indicado», el equipo de pediatría negó de forma reiterada que se estuviera aplicando un «sobreesfuerzo terapéutico». El jefe del servicio incluso remitió al juez un informe en el que defendía esta posición, aunque el hospital recalcó a la vez que se iría limitando el tratamiento conforme fuera evolucionando la enfermedad de la niña.

FASE TERMINAL / Una de las complicaciones del caso de Andrea ha sido que la niña no ha estado conectada a aparato mecánico alguno para mantenerla con vida y que sus órganos, como el corazón o los riñones, han funcionado sin ningún tipo de ayuda. Al margen de la sonda gástrica, tampoco ha estado intubada ni ha tenido ayudas para respirar. Estas circunstancias, junto a otras, como el hecho de que la niña sufre una enfermedad rara de la que existe poca literatura médica, favorecen que hayan podido existir discrepancias sobre si la paciente había entrado o no en la fase terminal en la que la ley y los criterios deontológicos establecen que hay que aplicar un tratamiento paliativo como el que incluye la sedación y la retirada de la alimentación artificial. Ello explica también que el juez encargara al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) visitar a Andrea para determinar si su estado era ya terminal.

Ahora, tras haber accedido el hospital a la petición de los padres, es poco probable que el juez dicte alguna resolución sobre el caso, aunque el abogado de los padres de Andrea se mostró convencido de que en todo caso marcará un precedente para otras situaciones similares que afectan también a menores. La asociación de usuarios del complejo hospitalario compostelano, a su vez, emitió un comunicado en el que aplaude «la valentía» de la familia al reclamar públicamente una muerte digna para su hija.