ACCIÓN REIVINDICATIVA

Un grafiti pintado con 7.000 árboles

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NACHO HERRERO / VALÈNCIA

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En el sur de Italia, en el golfo de Sapri, cerca de Salerno, una montaña deforestada hace tres siglos se convertirá en septiembre en una de las intervenciones artísticas más grandes de Europa. Encinas y arces dibujarán una batería como la que aparece en los teléfonos y tablets. Primero, a medio cargar, y dentro de dos años, a su máxima capacidad. A partir de entonces será la naturaleza la que decida cómo seguir pintando esa plantilla, que quiere lanzar un puñado de mensajes pero también contribuir a mejorar la calidad del aire y reducir el riesgo de inundaciones en la zona.

Detrás de este atrevido proyecto está una pequeña asociación cultural local y el artista urbano valenciano Escif, uno de los más influyentes y seguidos, que cambiará la pintura de sus grafitis por plantones. Sus intervenciones en varios continentes son objeto de un culto ya no tan ‘underground’. Sus últimas obras han sido en Munich, Panjim (India), Tonmarp (Suecia) o Baltimore pero también en la Diagonal de Barcelona o en La Garriga.

El Monte Olivella se alza algo más de mil metros sobre el Mediterráneo y fue deforestado casi totalmente en el siglo XVIII, una actuación cuyas consecuencias aún pagan las poblaciones cercanas y que Incipit, una asociación cultural de Sapri, se propuso revertir con una intervención que diera pie a una reflexión y a nuevas acciones. El objetivo era una obra de la que todos, sin importar edad, medios o formación, pudieran disfrutar.

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“Queríamos hacer algo que la gente pudiera ver directamente, sin necesidad de una pantalla, y algo vivo”, cuenta Antonio Oriente, ideólogo del proyecto. Planteada la idea, llegó el vértigo. “Después del entusiasmo inicial, nos dio un poco de miedo una intervención tan grande. Había cientos de bocetos pero todo nos parecía demasiado violento. Y ahí pensamos en Escif”, explica. “Él tenía miedo de que la batería pudiese parecer un mensaje demasiado global, tipo una campaña de Greenpeace, alejándose así del contexto local. De hecho, la decisión de llevarla a cabo solo la tomó al venir. Entonces entendió que más allá del mensaje global, el componente local es muy fuerte porque llevaremos a la cima los árboles con nuestro sudor”, avanza Oriente, convencido de que quien vea la intervención reflexionará y actuará.

INTERVENCIÓN POR CAPÍTULOS Y COLORES

Todo está preparado para empezar a ‘pintar’ dentro de cuatro meses, cuando pase el arduo verano de la bota italiana. En la primera fase se plantarán 5.000 árboles, 2.500 encinas que definirán el contorno de la batería de un perenne verde claro y 2.500 arces que supondrán la primera 'carga' del dispositivo. En el caso de los arces, el cambio de color de sus hojas y su caducidad darán vida a la obra. Verde oscuro en primavera, rojo en otoño como una llamada de atención ante la inminencia del ‘apagón’ y, finalmente, el gris de las ramas desnudas en invierno. Y así cada ciclo.

“La batería es una metáfora muy potente sobre el consumo irresponsable de nuestros recursos, pero al mismo tiempo es un mensaje positivo porque se renovará cíclicamente, intensificando la reflexión sobre el paso del tiempo", apunta Oriente. Dentro de un par de años, en el 2019, otros 2.000 arces más completarán la carga. A partir de ahí, la idea es que la naturaleza tome el control de la intervención y poco a poco se vaya diluyendo la mano del hombre. La caducidad de un grafiti, que casi siempre acaba por ser borrado, adaptada a la naturaleza.

MICROMECENAZGO Y DAMIEN RICE

La primera etapa del proyecto cuesta 60.000 euros, que ya están asegurados. Se recaudaron 30.000 con una campaña de micromecenazgo a la que han contribuido casi 500 personas o asociaciones. Hay dos ayudas regionales y el resto ha llegado de la venta de entradas del concierto que el irlandés Damien Rice dio el viernes en Nápoles. La portada de su último álbum, el celebrado ‘My Favourite Faded Fantasy, fue obra de Escif y el cantante ha decidido darle su apoyo en este nuevo proyecto.

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