Govern y médicos apoyan la apuesta del Barça contra el humo en el estadio

Hay socios del FC Barcelona que ya echan humo cuando su club solo recomienda no fumar en las gradas, sin llegar a la prohibición, que será el siguiente paso si la asamblea de socios lo apruebe en verano. Algunos culés fumadores se consideran perseguidos, ahora también en un espacio abierto como son las gradas del Camp Nou, donde su cigarro «contra los nervios» o el puro «de toda la vida» siempre han formado parte de la liturgia de un partido de fútbol. Y los otros espectadores, los no fumadores, siempre han aceptado ese humo resignados, como una costumbre tan imposible de erradicar como la de ir masticando pipas.

La directiva del Barça no cree que la campaña para que no se fume en todo el estadio que iniciará el próximo partido en casa, dentro de dos semanas ante el Almería, provoque tensiones entre fumadores y no fumadores. «Ese debate, desde hace tiempo ya está en la calle. El no fumador es cada vez más consciente de que puede pedirle al otro que deje de fumar», explicó ayer el directivo azulgrana y médico Jordi Monés al presentar la campaña Camp Nou sense fum, gràcies. Y el presidente, Sandro Rosell, añadió: «Los propios fumadores piden cada vez más permiso a otros para fumar. Si yo voy con mis hijos al campo, pediré al de al lado que deje de fumar».

El club recibió ayer el apoyo presencial y verbal del conseller de Salut, Boi Ruiz; el presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Miquel Vilardell, y el presidente de la Societat Catalana pel Control i Tractament del Tabaquisme, Josep Maria Ramon, por ser «un club referente no solo en España, sino en toda Europa, por dar este paso a favor de la salud de las personas», según resaltaron todos. Aun así, Vilardell reconoció que esta campaña le costará a Rosell al principio «tantos aplausos como abucheos».

PEDAGOGÍA / Intentará hacer el Barcelona mucha pedagogía en los próximos meses para que finalmente la asamblea de socios compromisarios secunde su petición de prohibir el tabaco por completo en todo el Camp Nou. «Y si no se prohíbe, seguiremos recomendando no fumar», dijo Rosell, que solo fumó algún purito cuando hizo la mili.

Mientras que el tabaco ya está vetado desde el 2007 en los estadios ingleses, en España depende de los propios clubs si lo prohíben o no en sus recintos. Para defender su tesis, el directivo Monés se basaba en datos sobre los muertos por el tabaco, y sobre todo entre los fumadores pasivos. En Catalunya, cada hora fallece una persona por el tabaco. De esas 24 muertes al día, dos son por inhalar tabaco de otros. Y en los estrechos asientos del Camp Nou, es muy fácil inhalar humo del vecino. «No creo que le gente deje de venir al campo si se prohíbe fumar. Al final, es solo hora y media», sentenció.