GIRO EN EL PROYECTO DE LA COSTA DAURADA

El Govern gana tiempo con una opción de compra del terreno de BCN World

Enrique Bañuelos, a la izquierda, da la mano al president en el Palau de la Generalitat, en septiembre del 2012.

Enrique Bañuelos, a la izquierda, da la mano al president en el Palau de la Generalitat, en septiembre del 2012.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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La jornada de ayer fue un tiovivo para BCN World. El resultado es que hoy habrá un nuevo actor en escena, ni más ni menos que el Govern, y que Veremonte se convierte en un actor secundario. Ayer, 10 de diciembre, vencía el plazo para que la empresa que dirige Enrique Bañuelos ejecutara la opción de compra de los terrenos situados junto a Port Aventura. Como se intuía hace semanas, la compañía se retiró de la adquisición de esas hectáreas propiedad de La Caixa. Y pocas horas después salió la Generalitat a anunciar que hoy mismo firmará un acuerdo con el banco para gestionar ese suelo.

«Hemos decidido no comprar porque no sabíamos qué podríamos hacer finalmente en ese espacio», se justificaba el presidente de BCN World, Xavier Adserà, en una conversación con este diario. Los 377 millones de euros que Veremonte se comprometió a desembolsar hace ahora dos años y tres meses son mucho dinero. Durante todo este tiempo han asegurado que estaban buscando inversores para afrontar este gasto aunque Adserà admitía ayer que hace mucho tiempo que advirtieron al Govern de que si no conocían con detalle qué podrían hacer en los terrenos del Centre Recreatiu i Turístic (CRT) se desvincularían de la compra del suelo aunque no del proyecto de casinos, hoteles y tiendas de lujo de la Costa Daurada, que les continúa interesando.

Esta concreción se está elaborando justo ahora. La redacción del Pla Director Urbanístic (PDU) permitirá confirmar si, como ha asegurado el Govern, cada uno de los Complejos Turísticos Integrados (CTI), que pueden ser hasta seis aunque prefieran dos o tres, ocupan 450.000 metros cuadrados cada uno.

CUESTIÓN DE ABOGADOS

Adserà se quejó ayer de que aunque de palabra también les han dado esta cifra, esto no consta aún en ningún documento ya aprobado y vigente. Con esta situación, los asesores legales de la compañía habrían recomendado que no se pagara tal cantidad. Sin embargo, la sombra sobre el papel de intermediario de Bañuelos y su empresa -que siempre ha planeado sobre BCN World- ayer se alargó.

«Hoy es un día difícil pero damos por seguro que este proyecto tirará adelante. Nosotros estamos preseleccionados para tres de las cuatro licencias de casino que ha asignado la Generalitat junto a nuestros socios. Cuando sea el momento de necesitar los terrenos, iremos a buscar al propietario, sea La Caixa o quien sea», relataba Xavier Adserà.

AS EN LA MANGA

Lo que no se esperaban en Veremonte era que fuera el propio Govern el que se pusiera al frente. En una nueva jugada malabar, el conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell, presidente además del CRT, compareció a las seis de la tarde para intentar desactivar los recelos sobre el futuro del proyecto. «Todo se está desarrollando muy bien, con continuidad y normalidad», comenzó. Y entonces se autopreguntó: «¿Qué hacemos aquí entonces?», rió el conseller.

El resto del equipo que había en la sala del departamento, comenzando por el coordinador del proyecto, Damià Calvet, y siguiendo por el secretario de Presidència, Jordi Vilajoana, aparentaba satisfacción. La cuadratura del círculo la habían logrado con un pacto con La Caixa que firmarán esta mañana y que será precisamente una opción de compra de 150 de las hectáreas a las que optaba Veremonte, las que se conocen como la banana, es decir, el espacio aledaño a la autovía y más cercano a Port Aventura. La opción es por 18 meses y sin coste para la Generalitat, pues no contempla ejecutarla.

GANAR TIEMPO

Este acuerdo servirá para garantizar que, a través del Incasòl, la Generalitat gestionará ese suelo durante el próximo año y medio. De esta forma se lanza un mensaje de confianza en el proyecto del CRT ya que el Govern sale al rescate y dota de credibilidad lo que se podrá hacer en este espacio situado entre Vila-seca y Salou (Tarragonès).

Dentro de un año y medio ya se habrán superado todos los trámites del PDU. Tanto la aprobación inicial, en enero, como la definitiva, en julio. Esta herramienta habrá dibujado los usos del suelo (aclarará si hay o no residencial, por ejemplo) y qué dimensiones podrá tener como máximo cada complejo. Con esa clarificación los preseleccionados podrán presentar sus proyectos, que serán sometidos a una nueva validación y se alcanzará la segunda fase, que es la que designará qué empresas siguen adelante. Y entonces deberán preocuparse de comprar el suelo a la Generalitat.