Modernización del sistema penitenciario catalán

El Govern apuesta por la libertad condicional para reducir presos

La Generalitat revisará los casos de internos que solo van a dormir a la cárcel

Unos reclusos practican deporte en el patrio de la prisión Modelo de Barcelona.

Unos reclusos practican deporte en el patrio de la prisión Modelo de Barcelona.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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La Generalitat revisará los casos de presos que cumplen condenas en régimen abierto (solo van a dormir a la prisión) con el objetivo de impulsar la aplicación de la libertad condicional. «Era una asignatura pendiente», dijo ayer Ramón Parés, director general de Serveis Penitenciaris, que presentó la circular para potenciar y «dinamizar» el acceso a este sistema, agilizando los trámites e incrementando las propuestas, y, de esta manera, acercarse a los niveles del resto de España y Europa. Los objetivos son reducir la población encarcelada y en semilibertad (consiguiente a la congelación de proyectos de construcción de nuevas prisiones por falta de presupuesto) y rebajar el índice de reincidencia. La medida afectará a unos 350 internos hasta el 2014.

La finalidad de esta medida, poco utilizada en el sistema penitenciario catalán, es que el número de internos que cumplen su condena en libertad condicional pasen de los niveles actuales, entre un 8% y un 10%, a un 14%.

La libertad condicional es una modalidad de cumplimiento de la última parte de la condena que implica la excarcelación del interno, condicionada a que no delinca durante el tiempo que resta hasta la extinción de la pena y que puede ser revocada si reincide (únicamente un 2% de los casos).

MENOS REINCIDENCIA / Para acceder a la liberad condicional (propuesta por el equipo de la cárcel y aprobada por el juez de vigilancia penitenciaria), los presos tienen que cumplir una serie de requisitos: haber finalizado tres cuartas partes o dos terceras partes de la condena (la Generalitat pretende que en un futuro se pueda aplicar hasta en la mitad de la pena), estar en tercer grado y demostrar que existe la posibilidad de vivir fuera de la prisión. En la actualidad hay 1.800 reclusos el tercer grado y casi 1.000 en libertad condicional. Los estudios desvelan que la reincidencia de internos a los que se les ha aplicado la libertad condicional es de un 15,7%, cuando los que pasan directamente de la prisión a la calle delinquen en un 51,3%.

Esta es la segunda circular que la Generalitat dicta para modernizar el sistema penitenciario y, además, reducir la población reclusa. La Conselleria de Justícia ofrece desde septiembre del 2011 a los presos extranjeros simpapeles la posibilidad de cumplir la mitad de la condena impuesta por el juez (hasta un máximo de seis años de cárcel) a cambio de ser expulsados de España y retornar a su país de origen.