POLÉMICA POR EL ACCESO A UNA INSTALACIÓN DE INTERNAMIENTO DE EXTRANJEROS

El Gobierno abrió el CIE al obispo el día que cerró el paso al Síndic

El cardenal Lluís Martínez Sistach y el Síndic de Greuges, Rafael Ribó.

El cardenal Lluís Martínez Sistach y el Síndic de Greuges, Rafael Ribó.

TONI SUST
BARCELONA

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Si el defensor no quería caldo, dos tazas. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, denunció el martes el agravio que en su opinión supone que el Gobierno central no le deje entrar en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Barcelona cuando la semana pasada sí permitió a la adjunta del síndico valenciano visitar el CIE de Valencia. Ribó protestó el martes en la misma puerta del CIE barcelonés, tras ser rechazado por su director, que cumplía órdenes. No sospechaba entonces que se le avecinaba un nuevo y quizás más agudo agravio: tan solo cuatro horas después, a las cuatro de la tarde, llegó al centro el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, a quien sí se le franqueó la entrada y permitió una visita. La oficina de la Sindicatura de Greuges ayer no entendía nada. Ni Ribó ni su equipo hicieron declaraciones públicas, pero fuentes del Síndic calificaron de «paradójico, como mínimo» que una entidad «de naturaleza no democrática» pueda entrar en el CIE y otra, creada por el Parlament para vigilar que se observen los derechos, no pueda.

La sorpresa, siendo considerable, fue parcial: Ribó y su equipo supieron, en el rato que pasaron en la recepción del CIE antes de irse de vacío, que Sistach iría próximamente de visita. Lo que no les dijeron es que sería esa misma tarde.

EL ENTUSIASMO DEL OBISPO/ Y así fue. A petición propia, como es lógico, y con autorización, Sistach entró donde no pueden ni el Síndic ni las oenegés. Y, al parecer, le entusiasmó la visita. Nadie se hubiera enterado si ayer religión y tecnología no se hubieran encontrado poco antes de la una de la tarde, cuando el cardenal tuiteó: «He estado en el Centro de Internamiento de Extranjeros, saludando a los internos. Lo he agradecido y me lo han agradecido. ¡Somos hermanos!» Sistach está en Twitter desde marzo, tiene 280 seguidores y no sigue a nadie. Ha escrito una cincuentena de tuits: en realidad la mitad, pero publicados en versión catalana y castellana.