«El trabajo era desconfiar de lo que nos decían»

Un trabajo olvidado, el de agente de arbitrios, más conocidos como 'burots'. López lo fue. Eran otros tiempos

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MAURICIO BERNAL

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Es posible que Àngel López sea el último 'burot', pero es difícil saberlo. Es cierto que era uno de los más jóvenes del cuerpo, y que ahora tiene 86 años, y que hace mucho que no le llegan noticias de sus antiguos compañeros, pero es imposible saber: puede que haya por ahí algún superviviente, alguien centenario. Un viejo 'burot', como él, con la memoria intacta para recordar los viejos tiempos.

-Empecemos por lo básico. Recordemos qué era un 'burot'.

-El de los 'burots' era un cuerpo del ayuntamiento encargado de cobrar impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. El nombre oficial era agente de arbitrios, pero gente les decía 'burots'.

-Pero cómo era: ¿una oficina donde la gente iba a pagar…?

-No, no. Estábamos en las entradas de la ciudad, en garitas. Parábamos a la gente, a los camiones, a todo el que quería entrar en la ciudad con mercancías.

-¿Cómo acabó ahí?

-Bueno, yo era joyero, pero en esa época también había crisis y necesitaba un trabajo estable, así que presenté las oposiciones.

-¿Qué debía saber para ejercer?

-Sobre todo las tarifas. Lo que había que cobrar. Por ejemplo, se cobraban 0,4 pesetas por litro de vino. Y 3,25 por pollo. Pero también tenías que tener habilidad.

-¿Qué quiere decir?

-Pues que todos los que podían hacían trampas. Eran tiempos difíciles. El trabajo nuestro era desconfiar de lo que nos decían.

-¿Por ejemplo?

-No sé, por ejemplo llegaba alguien en un camión y decía que llevaba 25.000 pollos. Evidentemente, yo no me ponía a contar los pollos hasta 25.000, pero sí las cajas y cuántos pollos había por caja. Luego multiplicaba.

-¿Y?

-Y me salían 30.000 pollos.

-Y alguna vez, no sé: ¿tuvo que emplear la violencia?

-¡No!, para nada. Cuando yo llegué, las cosas habían cambiado mucho.

-¿Con respecto a qué?

-Para empezar, con respecto a la Edad Media, porque ese oficio existía desde la Edad Media. Solo que en esa época había que enfrentarse con matuteros y contrabandistas, y había que ser muy duro.

-¿Y con respecto a qué más?

-Pues con respecto a los primeros años de la posguerra, cuando se pasó más hambre. La gente compraba comida fuera de Barcelona porque era más barata, y al volver trataban de burlar al 'burot'.

-¿Cómo?

-Los que venían de Sant Adrià cruzaban el río, por ejemplo, o los que venían en tren: saltaban antes de llegar a la estación.

-Había 'burots' en las estaciones. 

-Estaciones, puertos, playas…

-¿Las playas?

-Sí, una vez me tocó la playa. Allí me encontré con un grupo de pescadores que se pasaban la noche en el mar. La primera vez uno me dijo: «Tú eres el nuevo 'burot', ¿no?» Y yo: «Sí, me mandaron aquí» Y el otro: «Bueno, no nos joderás cobrando, ¿no? Porque si nos cobras te vamos a tener que quemar la barraca». Qué iba a hacer. No les cobré.

-¿Cuánto tiempo trabajó de 'burot'?

-Siete años, desde el 55 hasta el 62, cuando abolieron el cuerpo. Pero aún estuve dos años de garita en garita. Éramos demasiados y no sabían qué hacer con nosotros.

-Y al final, ¿dónde lo colocaron?

-Recaudador de impuestos en un mercado municipal.