BORRADOR DE UNA NUEVA NORMA

La Generalitat no prevé comedores obligatorios en los institutos, pese a la orden del Parlament

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lpedragosa18628598 comedor escolar160902230313 / FERRAN NADEU

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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El decreto que regulará la gestión y el funcionamiento de los comedores escolares en Catalunya no prevé la obligatoriedad de este servicio en los centros educativos que realizan jornada intensiva, la mayoría de ellos institutos de secundaria, a pesar de que la semana pasada así se lo ordenó el Parlament a la Conselleria d'Ensenyament. El departamento que dirige Meritxell Ruiz considera, en palabras de una portavoz, que "cada centro educativo podrá adoptar las medidas que en este sentido considere necesarias", lo que da vía libre a que cada director de instituto -o el consejo escolar del centro- decida según su conveniencia o sus intereses.

El borrador del decreto, que previsiblemente se aprobará, según Ensenyament, para el curso 2018-2019, actualiza la normativa de 1996 actualmente en vigor. En su propuesta de artículo 2.2 prevé que los centros "de actividad lectiva únicamente de mañana pueden prestar el servicio público de comedor, cuando concurran circunstancias que así lo aconsejen". Esta formulación deja la puerta abierta a que estudiantes de secundaria con necesidades alimentarias puedan verse privados de la comida del mediodía, que sí recibían cuando estudiaban primaria, ya que en esta etapa educativa, al ser el horario escolar de mañana y tarde, el servicio de comedor sí es obligatorio.

La 'consellera' Ruiz ha justificado la decisión, en intervenciones públicas hechas en los últimos tiempos, alegando que comer en el instituto no es la solución al problema de la malnutrición infantil, una situación que requiere de soluciones de mayor alcance y calado. La titular de Ensenyament ha insistido, en todas esas ocasiones, en que el instituto solo garantizaría una ingesta al día, insuficiente, a su entender, para asegurar la correcta alimentación de un adolescente vulnerable.

ESPACIO EDUCATIVO

"Es un decreto que, en los términos en que está ahora redactado, solo parece preocuparse por el aspecto alimentario del comedor escolar, sin tener en cuenta el valor educativo del servicio", lamenta Josep Oriol Pujol, director general de la Fundació Pere Tarrés, una organización que gestiona medio centenar de comedores escolares en Catalunya. "No regula, por ejemplo, ni la formación ni la titulación que deben tener las personas que atienden el comedor, que están vistas como un servicio complementario más", señala Pujol.

"En un momento como el actual, en que la educación está viviendo una efervescencia metodológica, este debería ser un tiempo educativo, siempre de acuerdo con la línea pedagógica que tenga cada colegio", indica Jordi Estalrich, miembro de la junta de la federación de asociaciones de padres de alumnos de Catalunya (Fapac). Estalrich critica que, dado que un niño dedica al comedor un tercio del tiempo que pasa cada día en la escuela, "es una lástima que el nuevo decreto contemple este servicio como una oportunidad para que algunas empresas hagan negocio".