POLÉMICa contrarreforma de LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

Gallardón desconcierta al PP con la gestión de la ley del aborto

Protesta contra la reforma del aborto ante el Ministerio de Sanidad, en Madrid.

Protesta contra la reforma del aborto ante el Ministerio de Sanidad, en Madrid.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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A lo largo de toda la legislatura, la escenificación en torno a la posible reforma de la ley del aborto ha tenido un guión cíclico. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha prodigado en declaraciones en las Cortes y los medios a favor de su restrictivo proyecto, dando información del mismo con cuentagotas. Mientras tanto, el Gobierno y la dirección del PP se ponían de perfil; sin lograr contener el aluvión de voces en contra de la dureza de la norma que diversos dirigentes del partido mostraron cuando la misma fue aprobada, en forma de anteproyecto, las pasadas Navidades. Para disgusto de un sector del PP, la normativa, que solo despenaliza el aborto en caso de violación y si la madre consigue demostrar que sufre un daño psíquico o físico grave, es mucho más restrictiva que la de 1985.

En los últimos días y una vez que el Gobierno ha recibido los 29 informes que había solicitado a diversos organismos, este reparto de papeles se ha repetido. El ministro avanzó el lunes los posibles cambios que introducirá en la recta final de la reforma, al dar a entender que las malformaciones graves del feto sí podrían ser contempladas como motivo de aborto, tal como ha pedido el Consejo General del Poder Judicial, entre otros, pero nunca una discapacidad como el síndrome de Down.

CONVIDADO DE PIEDRA / El Ejecutivo aún no se ha pronunciado sobre los cambios y la dirección del PP asiste, de nuevo, como convidada de piedra a la representación, dado que el ministro no se ha reunido con el partido, ni antes de aprobar el anteproyecto ni ahora para explicarles como quedará cuando se convierta en proyecto para su remisión a las Cortes, según corroboraron ayer fuentes del PP. La dirección ha presionado para que se suavice el texto inicial y se retrase su presentación pero aún no sabe hasta qué punto el Gobierno le hará caso.

Esta actitud no es óbice para que el ministro hubiera confirmado su asistencia a un seminario internacional antiabortista organizado por algunos diputados de la formación (y de UPN), que se va a celebrar mañana en el Congreso. Para desconcierto de la cúpula del PP, se había comprometido a dar una conferencia que disparó las especulaciones sobre la posibilidad de que el titular de Justicia avanzara las líneas maestras del proyecto, antes de su aprobación el viernes o en las próximas semanas en el Consejo de Ministros. La interpretación extendida en buena parte del PP es que Ruiz-Gallardón pretendía exhibir así músculo y respaldo internacional, en vísperas de la aprobación de su ley.

Sin embargo, el exalcalde de Madrid no asistirá finalmente al seminario, según ratificaron ayer fuentes de su departamento, con el argumento de que dado que los informes  solicitados se han retrasado, el Gobierno no ha tenido tiempo de ultimar el proyecto y por tanto Ruiz-Gallardón no va a exponer el mismo sin que antes sea aprobado.

Este plantón a última hora también ha sorprendido a los organizadores del congreso, que ayer a media tarde desconocían las intenciones del ministro de ausentarse. Las jornadas continuarán adelante, según sus previsiones, pero evidentemente la repercusión sin la presencia del ministro no será la misma.

MINIMIZAR EL RUIDO / Es sabido que al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le gusta que los temas polémicos se resuelvan sin hacer ruido, con lo que con bastante probabilidad la decisión de Ruiz-Gallardón de evitar la exposición pública de una ley que ha levantado una división inusual en el PP ha sido bien recibida en el palacio de la Moncloa.

La oposición había además contraprogramado unas jornadas tituladas Por el derecho al aborto legal, que se van a celebrar también en la Cámara baja, con lo que la atención mediática estaba servida. La ausencia del ministro desinflará sin duda el suflé.