La evaluación del sistema

El fracaso en catalán y castellano baja por fin del 20% en primaria

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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Despacio, sí, pero en la dirección correcta. Los estudiantes que terminan este año la primaria lo hacen algo mejor preparados que sus compañeros del curso pasado. Al menos, en lo que a conocimientos básicos se refiere. Si el objetivo es, como recordó ayer la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, reducir el fracaso escolar del 30% de hace unos años al 15% en el 2020, parece que la escuela catalana ha tomado por fin la buena senda.

En catalán, castellano y matemáticas, la tasa de estudiantes que no llegan al mínimo requerido es del 15,8%, del 19% y del 18,2%, respectivamente, destacó ayer Rigau, en la presentación de los resultados de las pruebas hechas en mayo pasado a 71.759 alumnos de sexto de primaria. «Estamos ya por debajo del 2 como primer dígito», se congratuló la consellera. El año pasado, fueron más del 22% los estudiantes que no alcanzaron en catalán y castellano la puntuación de 65 sobre 100, con la que se considerarían aprobados.

Mención aparte merece el inglés (la lengua extranjera mayoritaria entre el alumnado), en la que un cambio en el ejercicio de comprensión oral ha elevado el porcentaje de fracaso del 21,8% del 2011 al 27,4%. Los idiomas extranjeros siguen siendo, pues, el gran handicap de los estudiantes catalanes, incluso en sus niveles iniciales.

Con la nota de inglés incluida, la cifra de alumnos que no alcanzan las competencias básicas este año es del 20,1%. Con todo, si de algo están sirviendo estos chequeos anuales, destacó Joan Mateo, presidente del Consell Superior d'Avaluació del Sistema Educatiu, es para que las escuelas «trabajen más las materias en las que logran peor puntuación». Por ejemplo, indicó, «la expresión escrita, que en ediciones anteriores había sido una de las principales lagunas de los alumnos, ha experimentado una mejora notable».

NO A LA REPETICIÓN SISTEMÁTICA / Por primera vez, las pruebas han valorado por separado a los alumnos que, a lo largo de la primaria, han repetido curso. Y las conclusiones no podían ser más descorazonadoras. «El hecho de que hayan pasado más horas en primaria no se traduce en unas mejores notas. Al contrario, el porcentaje de alumnos por debajo del mínimo deseable es hasta 30 puntos más alto», lamentó Mateo.

La constatación sirvió a la consellera Rigau para mostrar nuevamente su desacuerdo con el Gobierno central y cuestionar la validez de la política de repeticiones. Rigau instó a los centros a reflexionar sobre la conveniencia de que los chicos repitan sistemáticamente curso y les animó a fomentar que los alumnos se apunten a materias optativas de refuerzo en lugar de a otras más lúdicas.

Aunque es temprano para valorar su impacto, parece que la supresión este año de la sexta hora lectiva en las escuelas públicas catalanas no ha pasado factura a los estudiantes de sexto. «Estamos convencidos de que no se trata de una cuestión de horas, sino de la calidad de la docencia, del acompañamiento, y por eso se han invertido muchos esfuerzos en el servicio escolar personalizado, que sí ha sido determinante», afirmó.

CAMBIOS PARA EL 2013 / Después de cuatro años, la Generalitat ha decidido que en la próxima edición se introducirán cambios metodológicos en los exámenes, de modo que se pueda saber cuántos estudiantes terminan la primaria con notas excelentes. «Si ahora hay tres niveles de exigencia (bajo, medio y alto), a partir del año que viene habrá un segmento nuevo en la parte alta, para identificar qué chicos están por encima de la media», indicó el presidente del consejo evaluador.

La modificación también responde a la intención de Ensenyament de renovar el currículo, «lo que obliga, en consecuencia, a cambiar la prueba», agregó Rigau. Se trata, dijo la consellera, «no solo de evaluar si se tienen las competencias básicas, sino también las óptimas».