PRODIGIO CON LA CÁMARA

Fotógrafo por naturaleza

Carlos Pérez, el niño de 9 años ganador de un gran premio internacional, maneja la réflex desde que tiene 5

Alacrán al sol 8 La foto está realizada con una doble exposición.

Alacrán al sol 8 La foto está realizada con una doble exposición.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Carlos Pérez Naval, un niño de 9 años vecino de Calamocha (Teruel), informa a los visitantes que acceden a su web que las fotos expuestas son exclusivamente suyas y que sus padres solo le han ayudado a redactar los textos. Y no engaña a nadie, puesto que detrás de su rostro de chico travieso se esconde un experimentado artista que ya ha expuesto parte de su obra y que esta semana ha sido galardonado con el premio Wildlife Photographer of the Year en la categoría para menores de 18 años. El galardón, que conceden el Museo de Historia Natural de Londres y la BBC, es uno de los más importantes del mundo en el ámbito de la fotografía naturalista.

Eva, la madre, confiesa desde Londres, donde acudieron a recoger el premio, que están abrumados por el éxito de la foto premiada: un alacrán de tonos naranjas sorprendido en actitud desafiante en las inmediaciones de la laguna de Gallocanta, situada a 20 kilómetros de su casa. La imagen, que competía con miles de instantáneas llegadas de 90 países, forma parte ahora de una exposición inaugurada en la capital británica. «Es una toma misteriosa en la que destaca la belleza de la luz natural», valoró el jurado. Carlos ya había quedado finalista en las dos anteriores ediciones.

«Prefiero hablar por él. Nos ha desbordado un poco el impacto mediatico y queremos que no se agobie», dice la madre, recordando incluso que la duquesa Catalina, la mujer del príncipe Guillermo, fue quien le entregó personalmente el premio. O que en Londres estuvo con famosos fotógrafos «que solo conocía por internet».

Los orgullosos padres son profesores de instituto. «Supongo que la afición de Carlos le viene de su padre, Rodrigo, que es un apasionado de la naturaleza y fotógrafo aficionado», relata Eva. Para imitarle, con 4 años ya pedía la compacta paterna. La primera cámara se la regalaron un año después y entonces comenzó una pasión que le ha llevado a inmortalizar linces rojos en Estados Unidos, tigres en la India y lobos en Finlandia -aprovechando la afición familiar por los viajes y la naturaleza-, pero también anónimas flores que crecen en los alrededores de su pueblo, mochuelos en Villalba de los Morales o las famosas grullas de Gallocanta. «Ahora maneja una réflex con mucha autonomía. Es observador y le gusta probar técnicas nuevas», sintetiza la madre. En su macuto no falta un juego de ópticas.

El arácnido fue inmortalizado con una doble exposición, explica Chabier, un amigo de la familia: «Primero hizo una toma del fondo, usando una velocidad de disparo alta y un flas de baja intensidad para no quemar la foto con el sol. Para retratar el animal, que retozaba en un terreno rocoso, tuvo que cambiar de lente, pasando del zum a un angular, momento en que el escorpión se percató de la presencia humana y elevó la cola».

Sus padres comentan que su hijo es un alumno «aplicado» en el colegio. «Como a muchos niños, le gusta el fútbol y los deportes en general, estar con los amigos...», relata Eva. «Nos complace mucho la afición -concluye-, porque vemos que disfruta mucho con la naturaleza. No solo con los viajes, sino con cualquier cosa al lado de casa».