PROCESO JUDICIAL EN BARCELONA

El fiscal acusa a dos miembros de los Casuals de blanqueo de dinero

Los dos aficionados violentos del Barça se enfrentan a dos años y seis meses de prisión

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Por primera vez, dos miembros de los Casuals, la facción más violenta de los Boixos Nois,  grupo radical de aficionados del F.C. Barcelona, han sido acusados por la fiscalía de un delito de blanqueo de capitales y se enfrentan, junto con su madre, a una pena de dos años y seis meses de prisión y una multa de 410.000 euros. Se trata de los hermanos José Antonio y Lorenzo Pérez Bujalance, que en el 2013 fueron condenados por la Audiencia de Barcelona por pertenecer a esa organización que se dedicaba, entre otras cosas, al tráfico de drogas, a dar palizas por encargo y a montar altercados en locales de ocio nocturno para después extorsionar a los propietarios.

La fiscalía señala en su escrito de acusación que los hermanos Bujalance desarrollaron una “extensa e intensa” actividad delictiva que supuso que fueran condenados en firme en diferentes procedimientos penales a penas privativas de libertad que fueron extinguiendo. Al haber compaginar periodos de prisión con otros de libertad, los acusados, según la acusación pública, no desarrollaron una actividad laboral, empresarial o económica “estable” que les reportara ingresos.

La actividad delictiva de los hermanos se centraba, incide el escrito de acusación, en la comisión de delitos contra la salud pública (tráfico de drogas) y contra el patrimonio (robos). La fiscalía enumera en su escrito, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, cada una de las sentencias condenatorias.

COMPRAS E INVERSIONES

La acusación pública señala que los hermanos imputados, “en connivencia” con sus padres, que estaban jubilados y percibían como pensión 1.336 euros al mes, realizaron diversas operaciones comerciales y empresariales con el único “y continuado propósito de lograr la inversión y conversión material del dinero ilícito, integrándolo en el círculo legal. Entre los años 2005 y 2010, los acusados realizaron, al menos, adquisiciones de bienes e inversiones por un importe total de 204.000 euros.

La fiscalía especifica que la familia Bujalance adquirió motos, coches de lujo, como un Porsche 911 Carrera y dos BMW, y un velero. También invirtieron 35.600 euros en una sociedad que era propietaria de su vivienda habitual en la urbanización de El Bruch. La acusación sostiene, además, que los imputados realizaron ingresos, gastos con tarjetas de crédito y traspasos en efectivo por un importe aproximado de 62.000 euros para “impedir que fueran intervenidas las ganancias de su actividad delictiva”. Los acusados hacían ingresos en efectivo en las cuentas corrientes y después pagaban con la tarjeta de crédito, blanqueando el dinero.