EL DEBATE SOCIAL

La fatiga climática

La nueva cumbre de la ONU en Doha llega con menor expectación y pobres ambiciones

Congestión viaria en Pekín.

Congestión viaria en Pekín.

A. M.
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La próximacumbre de la ONU sobre cambio climático, que se celebra en Doha (Catar) a partir del lunes, seguirá contando con 190 delegaciones nacionales, número similar a conferencias anteriores, pero el séquito de técnicos, oenegés y hasta de periodistas será inferior debido a un fenómeno que empieza a conocerse como «fatiga climática». No es algo nuevo, sino un proceso iniciado tras la cumbre de Copenhague del año 2009.

El mal ejemplo dado por la diplomacia internacional, incapaz de llegar a acuerdos sustanciosos en cumbres anteriores, y lasescasas perspectivas de avancehan sembrado el pesimismo. «Realmente es difícil que el gran público entienda que estos pequeños cambios son importantes -justifica Frederic Ximeno, socio director del Estudio Ramon Folch y buen conocedor de las cumbres del clima-. Además, estas reuniones son clave para mantener el empuje social». Sin embargo, la idea que siempre prevalece la resumió muy bien el presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante la última cumbre iberoamericana: «Nuestros pueblos empiezan a cansarse de que nosotros estemos en las cumbres y ellos sigan en el abismo».

En opinión de Ximeno, en la capital danesa se perdió una gran oportunidad porque se habían puesto muchas expectativas. «Era la ocasión para hacer el gran giro -resume-. Europa estaba convencida de lo que había que hacer, pero el pobreacuerdo de Copenhague supuso un duro golpe para su liderazgo mundial en cuestiones climáticas». Y luego llegó la crisis.

«Es difícil decirle a la gente que se preocupe por un problema a largo plazo cuando el índice de paro ronda el 25%», asume Ximeno. Por ejemplo, Caty Arévalo, periodista de la agencia Efe e investigadora visitante en la Universidad de Oxford, presentó recientemente un estudio que demostraba que la cobertura de las cumbres climáticas ha ido en retroceso desde Copenhague, especialmente por parte de los periodistas europeos, que hasta entonces habían sido clara mayoría. «En Durban 2011 hubo más periodistas de Bangladés que de España o Francia», dice.

«Sí, ahora se habla menos, pero eso no significa que el problema se haya reducido», prosigue Ximeno. No cesan las advertencias. Javier Martín Vide, catedrático de Climatología de la UB, comenta el efecto ocasionado por el reciente paso del huracán 'Sandy' por la ciudad de Nueva York. De golpe y porrazo, un 68% de la siempre escéptica población neoyorquina se manifestó convencida de que el fenómeno era resultado o había sido agravado por elcambio climático. «Y eso que es complejo vincular ambas cosas», insiste Martín Vide.