PRIMERA SESIÓN DEL JUICIO EN BILBAO

El falso shaolín admite que mató a dos mujeres de forma «súbita»

Las acusaciones ven en la confesión de Aguilar un intento de rebajar la pena

Juan Carlos Aguilar.

Juan Carlos Aguilar.

AGENCIAS
BILBAO

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Juan Carlos Aguilar, el falso monje shaolín, reconoció ayer en la primera sesión del juicio que se celebra contra él en la Audiencia Provincial de Bizkaia que golpeó y asesinó en el 2013 a Yenny Rebollo y Ada Otuya de forma «súbita, imprevista e inesperada», sin darles oportunidad de defenderse. No obstante, rechazó que hubiera «ensañamiento», como aseguran desde la acusación popular. El procesado permaneció durante la vista oral con los ojos cerrados y las manos en actitud de meditación hasta que prestó declaración.

Las acusaciones, a excepción de la fiscalía, que pide un total de 40 años de prisión, denunciaron que el reconocimiento ahora de los crímenes no es más que una «estrategia» y una «jugarreta judicial» para tratar de rebajar los años de condena y destacaron que no hubo, en ningún momento, arrepentimiento.

Según el relato de hechos reconocido por Aguilar, el 1 de junio del 2013 asesinó en su gimnasio a Rebollo, a quien dijo que no conocía y a la que agredió con puñetazos y patadas hasta causarle la muerte, tras lo cual diseccionó el cadáver y se deshizo de él. Al día siguiente llevó al mismo gimnasio a Otuya, de 29 años, a la que maniató en un habitáculo del local y la estranguló con una cuerda. Fue por esta mujer por la que se conocieron los hechos, ya que logró llegar hasta la puerta del gimnasio que daba a la calle para pedir socorro, aunque estaba cerrada y Aguilar consiguió llevarla de nuevo al interior del local.

Esa escena  fue presenciada por una testigo, que llamó a la Ertzaintza. Los agentes lograron entrar en el gimnasio y encontraron en el citado habitáculo a Aguilar, con el torso desnudo y las manos ensangrentadas, junto a la víctima, que falleció tres días después.