La facultad de Educación de la UB se estrena sin un tercio de los profesores

Unas alumnas esperan la llegada del profesor en un aula de la nueva facultad de Educación de la Universitat de Barcelona, ayer.

Unas alumnas esperan la llegada del profesor en un aula de la nueva facultad de Educación de la Universitat de Barcelona, ayer.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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La nueva facultad de Educación de la Universitat de Barcelona (UB), creada este verano tras la fusión de los antiguos centros de Pedagogía y de Formación del Profesorado, se ha estrenado con el pie izquierdo. El pasado martes, primer día de clases en la flamante facultad, los estudiantes se encontraron con que faltaba un tercio de los profesores, algunos de ellos responsables de asignaturas obligatorias. Además, los alumnos recibieron el anuncio de que en algunas materias no habrá docente designado antes de 10 días, lo que suponen dos semanas de clases perdidas.

Ayer a media mañana, la mayoría de las aulas del centro se encontraban aún vacías. Los grados más afectados eran el de Maestro de Infantil y el de Maestro de Primaria, en los que faltaban docentes para atender a 143 grupos. De ellos, 59 no tenían siquiera fijada la fecha de inicio de clases para materias como Didáctica de las Matemáticas, Didáctica de las Ciencias Sociales y Alfabetización Digital. Algo más normalizada está la actividad lectiva en Pedagogía, donde solo faltan cuatro clases por cubrir, y en Trabajo Social, donde la plantilla de profesores sí está completa. En el conjunto de la facultad son 179 clases las que no han empezado y 75 las que todavía no tienen asignado profesor.

¿Qué ha pasado? Se trata, según aseguraron fuentes de la universidad y del nuevo decanato de Educación, de un problema puramente administrativo, provocado por el alud de plazas de profesor asociado que se tenían que renovar este curso 2014-2105. «Se han tenido que cubrir unas 200 vacantes y eso ha provocado un auténtico colapso», indicó un portavoz de la UB.

DESBORDADOS

El problema, según esta versión oficial, es que a diferencia de otras ocasiones, este año, en lugar de dejar que fuera el vicerrectorado de Profesorado de la UB el que hiciera la selección del personal, el decanato de Educación pidió poder gestionar el proceso desde la propia facultad. «Y nuestros servicios de administración se han visto desbordados, entre otras razones, porque a los candidatos se les ha pedido mucha más documentación que otros años», explicó a este diario un catedrático del centro.

En todo caso, alegó la decana, Anna Escofet, «los requisitos que debían reunir los asociados los fijó cada departamento y casi todos pidieron que los candidatos presentaran el currículo y un plan docente, como suele ser habitual en este tipo de concursos públicos». En algunos casos, eso sí, se realizaron entrevistas personales para terminar de escoger al aspirante más idóneo. «Pero aun así, la convocatoria de plazas vacantes estuvo resuelta el 31 de julio, antes de las vacaciones», agregó Escofet. El problema, según su versión, ha sido la farragosa burocracia que hay que formalizar en cada contrato de trabajo.

«De hecho, no es el primer año que esto ocurre... En los dos cursos anteriores, ya nos encontramos con que faltaban profesores de algunas asignaturas, casi siempre optativas. Esta vez, quizás es más grave porque están faltando muchos más profesores y de asignaturas obligatorias», indicaba ayer una estudiante de cuarto curso de Pedagogía. «Aunque nos han dicho que, al menos en nuestro caso, el próximo lunes tendremos ya a todo el profesorado», agregó un compañero de clase, sentado junto a ella en un banco del campus de Mundet.

Los más quejosos son los padres de los alumnos, que en algunos casos acaban de pagar hasta 1.800 euros de matrícula y que ahora se encuentran con que sus hijos no van a tener completo su horario lectivo hasta «dentro de dos o tres semanas», exclamaba ayer un progenitor afectado. «Somos conscientes del perjuicio que están sufriendo los estudiantes -reconoció la decana- y por eso les hemos comunicado ya que las horas de clase perdidas ahora se irán recuperando, a través del campus virtual».