RECICLAJE

Fabrican envases biodegradables con residuos de bizcocho y de pan de molde

Los objetivos de la Unión Europea en el sector del reciclado del plástico buscan alcanzar una tasa de cero residuos en vertedero

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El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) está a punto de concluir con éxito un proyecto europeo para fabricar envases biodegradables para pan y bollería a partir de los residuos que genera la propia industria del pan con los recortes de bizcocho y la corteza del pan de molde.

Se trata del proyecto Bread4pla, acrónimo en inglés de "pan para plástico", financiado por el programa Life+ de la Unión Europea y cuyo resultado son bolsas de plástico para envasar el producto final que no es necesario separar de la basura orgánica, ya que en condiciones de compostaje se convierten en abono.

Se trata de uno de los proyectos en los que trabaja Aimplas en su línea de investigación con bioplásticos para desarrollar envases que en vez de ir al vertedero se convierten en abono y contribuir así al objetivo europeo de vertedero cero, según han señalado fuentes del instituto tecnológico, con sede en Paterna (Valencia).

Esta línea de investigación encaminada a alcanzar la citada tasa de vertedero cero a través de la producción de bioplásticos se une a la apuesta de Aimplas por la innovación en materia de reciclado y valorización energética.

La sustitución de materiales convencionales por otros biodegradables tiene una gran capacidad de crecimiento, ya que en la actualidad solo representan un 1 % de la producción mundial de plástico.

Según ha asegurado la responsable del departamento de Sostenibilidad y Valorización Industrial de Aimplas, Eva Verdejo, es "crucial para el medio ambiente que se siga investigando para dar nuevas soluciones dentro del campo de materiales plásticos para la obtención de productos ambientalmente más adecuados".

En su opinión, estos nuevos productos deben implicar un menor consumo energético, proceder de materiales reciclados, renovables y, "por supuesto, ser valorizados tras su uso".

Hasta ahora, el plástico reciclado ha tenido una segunda vida en forma de tuberías, bolsas de basura o piezas industriales, principalmente. Se trata de aplicaciones de poco valor añadido y con bajas prestaciones, pero gracias a la investigación desarrollada por centros tecnológicos como Aimplas se está consiguiendo introducir este material postconsumo en sectores muy exigentes como pueden ser el textil o la alimentación.

Es el caso del proyecto Clipp, que Aimplas ha llevado a cabo para desarrollar una nueva tecnología de mejora de la capacidad de reciclado de films y envases impresos y con tintas, y así obtener un material reciclado de mayor calidad que puede ser empleado en la fabricación de productos de alto valor añadido.

Los objetivos de la Unión Europea en el sector del reciclado del plástico buscan alcanzar una tasa de cero residuos en vertedero, de los cuales un 70 % deberían corresponder a reciclado y el 30 % restante a valorización energética.