El expapa Ratzinger rompe su silencio y confirma que se enfrentó a un lobi gay en el Vaticano

El pontífice retirado asegura en un libro entrevista que logró desactivar el grupo de presión

El papa Benedicto XVI durante su último Ángelus

El papa Benedicto XVI durante su último Ángelus / ASB/mel

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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El expapa Benedicto XVI sostiene en sus memorias que nadie le forzó a dimitir, pero asegura que un "lobi gay" del Vaticano trató de influir en sus decisiones al frente de la Santa Sede. Benedicto apunta que conoció la existencia de un "grupo de presión homosexual" compuesto por cuatro o cinco personas y asegura que logró desactivarlo.

El expontífice confía estas revelaciones en 'Las últimas conversaciones', un libro entrevista de 240 páginas escrito por Peter Seewald, un periodista alemán que ya publicó dos largas entrevistas con Joseph Ratzinger cuando aún era cardenal y luego una tercera cuando fue ascendido a papa. El vaticanólogo Luigi Accatoli da cuenta del contenido del libro este viernes en ‘Il Corriere della Sera’. El libro saldrá en septiembre en Alemania.

Benedicto XVI dimitió en el 2013 (en una decisión excepcional en la historia de la Iglesia católica, cuyo precedente más próximo hay que buscarlo en el siglo XV), tras ocho años de turbulento pontificado que incluyó el escándalo Vatileaks, en el que su mayordomo filtró algunas de sus cartas personales, así como documentos sobre presuntas corrupciones y luchas intestinas en el Vaticano. Los medios italianos informaron entonces de que detrás de las filtraciones se encontraba un grupo de altos cargos de la Santa Sede opuestos al liderazgo de Benedicto XVI.

HECHO INSÓLITO

El libro, que constituye una especie de autobiografía, algo inédito para un papa por jubilado que sea, Ratzinger admite haber sabido de la "presencia de un lobi gay en el Vaticano, compuesto por cuatro o cinco personas", y afirma haber conseguido disolver aquel grupo de poder, algo que hasta hoy se desconocía. Cuando Benedicto XVI anunció en el 2013 su renuncia, añadió que a partir de aquel momento se mantendría mudo, por respeto a su sucesor, pero por primera vez, en la última semana, ha hablado, en público y ahora a través de un libro que se refiere a la reciente actualidad.

En ocasión de la fiesta por sus 65 años de sacerdocio, el pasado 28 de junio dijo, en resumen, que dentro del Vaticano se siente "protegido" y añadió que espera que Francisco "pueda seguir adelante junto a todos nosotros en este camino de la misericordia divina". Fue una especie de aprobación de la línea seguida por Jorge Bergoglio frente a los numerosos rumores según los que, desde su retiro, el papa jubilado tramaría, o sería utilizado para tramar contra el papa argentino.

Pocos días después se ha filtrado al exterior del monasterio vaticano donde reside una parte del contenido de su autobiografía, algo que sin duda cuenta con el beneplácito de Francisco, permiso que Ratzinger solicita cada vez que desea verse con alguien o participar en algún acto. "Usted pueda hacer lo que quiera, salga, vea a personas, no se preocupe", ha revelado Bergoglio que le ha dicho a su predecesor.

CORRUPCIÓN INTERNA

La existencia de un lobi gay en el Vaticano no era del todo desconocida. En pleno vendaval del Vatileaks -el mayordomo de Ratzinger fue arrestado, procesado y condenado-, el entonces papa ordenó una investigación a fondo sobre la corrupción interna en el Vaticano. El cometido fue confiado a tres cardenales, Julio Herranz, Salvatore Di Giorgi y Jozef Tomko, que en su informe final documentaban la existencia de aquel, entonces presunto, grupo de poder dentro de la Curia o gobierno central de la Iglesia católica.

Tras retirarse, Ratzinguer vivió unos meses en la villa papal de Castelgandolfo, a unos 20 kilómetros de Roma, donde el nuevo Papa fue a verle. Para la ocasión, las cámaras del centro televisivo vaticano (CTV) enfocaron largamente un fajo de papeles y una caja con documentos que Ratzinger entregó a Bergoglio durante el coloquio que mantuvieron. Del Vaticano se filtró entonces que el informe ordenado por el papa dimitido se encontraba entre la documentación colocada visiblemente encima de la mesita que les separaba durante la conversación.

Poco después de ser elegido Papa, durante el vuelo hacia Río de Janeiro para las jornadas mundiales de la juventud, Bergoglio admitió que "se escribe mucho sobre el lobi gai", pero añadió que aún no había encontrado a nadie, dentro del Vaticano, que le mostrase "un DNI gay". "Dicen que los hay", subrayó, explicando que los lobis "son malos", pero que las personas gais son otra cosa. "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?". Agregó que "el problema es hacer lobi de una tendencia: lobis de avaros, de políticos, de masones; muchos lobis, este es el problema más grave, en mi opinión".

El libro de Seewald relata desde la infancia de Joseph Ratzinger bajo de nazismo y su vida en el Vaticano, hasta la inesperada dimisión en el 2013, sobre la que afirma: "No hubo ningún chantaje".