El exentrenador del Club Bàsquet Granollers acumula cuatro denuncias por abusos

Las versiones de los denunciantes coinciden al detallar los "juegos sexuales" que promovía el formador

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El exentrenador del Club de Bàsquet Granollers acusado de haber cometido abusos sexuales a menores a principios de los años 90 ya acumula cuatro denuncias por parte de exjugadores del club, han confirmado fuentes de los Mossos d'Esquadra.

Estas denuncias llegan después de que, a mediados de abril, se conociera que un exjugador del club había presentado una denuncia contra el exentrenador por unos presuntos abusos sexuales cometidos en 1991. El denunciante ya apuntaba que el hombre habría abusado de tres chicos más.

"Desde el club mantenemos la misma posición que ya mostramos en su momento, porque enviamos un comunicado explicando que habíamos apartado del club a esta persona y ahora solo podemos esperar la decisión judicial, pues el tema está cerrado para nosotros", ha explicado a Efe el presidente del club, Joan Nadal.

POSICIÓN DEL CLUB

En el comunicado del 18 de abril, el club explicó que el exentrenador fue apartado temporalmente de la junta directiva de la entidad, tras seis años formando parte de ella, hasta que se esclarezcan los hechos, mientras que Nadal insistió en la presunción de inocencia.

Dos de las cuatro denuncias fueron presentadas este jueves en la comisaría de los Mossos de Granollers, que se suman así a las dos presentadas previamente, y se trasladarán al juzgado de la ciudad que lleva el caso.

Según ha informado Rac1, los cuatro exjugadores afectados han presentado denuncias bastante coincidentes, y uno de ellos declara haber sufrido "tocamientos" por parte del acusado que promovía "un tipo de juegos sexuales" entre los menores.

'STRIPTEASE' INTEGRAL

En este sentido, los juegos consistían en perseguirse entre sí y quien era pillado se tenía que bajar los pantalones y recibía un golpe en los genitales por parte del acusado, mientras que, si no eran pillados, tenían que hacer un "'striptease' integral".

Durante unas colonias en L'Espluga de Francolí (Conca de Barberà), según el relato de las víctimas, también les proporcionó revistas pornográficas y les propuso que se masturbaran. En otras, durante la Setmana Santa de 1991 en La Molina, castigó a un grupo de jugadores, les ordenó entrar en una habitación, en presencia de otro adulto, les hizo bajarse los pantalones y les fotografió el culo.