El exdirector de Serveis Penitenciaris admite irregularidades en el traslado de presos de Quatre Camins

Albert Batlle señala que no pudo identificar a los responsables por la "confusión que había en el centro"

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Elexdirector de Serveis Penitenciaris Albert Batlle ha admitido "conductas irregulares" en el traslado de los presos amotinados enQuatre Caminsen el 2004 y que se produjo una entrada "indiscriminada" de funcionarios fuera de servicio, sin su permiso, ya que se quebrantó la cadena de mando.

Batlle, que actualmente es director adjunto de la Oficina Antifrau de Catalunya, ha comparecido este lunes como testigo en el juicio contra el exsubdirector médico y otros ocho funcionarios de Quatre Camins, que afrontan penas de entre uno y ocho años de prisión por las lesiones sufridas por una veintena de internos en los traslados a otros centros tras sofocar el motín en esta cárcel barcelonesa.

El exresponsable de prisiones ha explicado que encargó una investigación reservada que concluyó que hubo "conductas irregulares" en lostraslados de los presos amotinados, si bien no se pudo identificar a los responsables porque, pese a que en los informes figuran los funcionarios y mandos encargados de este proceso, no le consta que finalmente lo hicieran ellos, por la confusión que había en el centro.

En este sentido, Batlle ha alegado que en Quatre Camins se produjo la noche del motín y de los traslados -el 30 de abril de 2004- una "entrada indiscriminada" de cerca de 200 funcionarios que estaban fuera de servicio, pese a que había dado órdenes para que no accediera en el centro ningún funcionario que no estuviera de servicio, trabajara o no en ese centro, ubicado en La Roca del Vallès.

Órdenes no cumplidas

El exresponsable de Prisions ha reconocido que, "visto lo visto", su orden para que no entrara ningún funcionario fuera de servicio no fue ni aplicada ni respetada, aunque no sabe si su orden se transmitió erróneamente ni qué persona era la responsable de dejar entrar o no a funcionarios.

De hecho, el responsable penitenciario a quien Batlle dio esta instrucción, Manel Roca, ha explicado en el juicio que él entendió que, en principio, los funcionarios de Quatre Camins sí que podían entrar, aunque no estuvieran de servicio, y que, además, se produjo un "cierto descontrol" y entró más gente de la autorizada por una "desobediencia". Según Batlle, debido al "quebrantamiento de la cadena de mando" que se produjo aquella noche en la prisión, sería "abusivo" responsabilizar a la dirección del centro de lo ocurrido, pese a que no le consta que hubiera un "vacío de poder".

Batlle ha agregado que el equipo de dirección de la prisión cumplió "de forma perfecta su misión" aquella noche, ya que logró sofocar el motín, recluir en sus celdas a los presos y determinar los 56 internos que tenían que ser traslados, a lo que dio su conformidad.

Sin incidencias

El exresponsable de Prisions ha explicado que al día siguiente regresó a la cárcel para comprobar que la situación se había calmado y que, durante su recorrido por el centro, el director no le comentó que hubiera habido ninguna incidencia en los traslados de los presos.

Sin embargo, el 17 de mayo le llegó un informe interno en el que se apuntaban indicios sobre supuestas agresiones a presos durante el proceso de entrega de los internos a los Mossos d'Esquadra para que los trasladaran a otro centro penitenciario, por lo que encargó la apertura de una investigación reservada, que concluyó que había habido "conductas irregulares" en el proceso, sin responsabilizar a nadie.

Batlle, que no apreció un ánimo de venganza en los funcionarios de prisiones, ha desvinculado la situación vivida aquella noche de las reivindicaciones sindicales de los trabajadores de la prisión, que en plena vorágine le exigieron una reunión para pedir más medios, más personal y la dimisión de la dirección de la prisión.

26 presos con lesiones

El exresponsable de Prisions rechazó reunirse con los trabajadores -que habían improvisado una especie de asamblea en la prisión- en aquellas circunstancias y les emplazó a acudir a su despacho la semana siguiente, tras considerar "improcedente" que le reclamaran la dimisión del equipo directivo, ya que el subdirector se debatía "entre la vida y la muerte" por las lesiones sufridas durante el motín.

La asamblea, que se prolongó hasta la madrugada, reunió a decenas de funcionarios en el centro de la cárcel, en un espacio por el que debían pasar los presos que tenían que ser trasladados. Batlle ha asegurado, además, que un informe interno desveló que 20 de los 56 internos trasladados presentaban lesiones antes de salir de la cárcel, que al llegar a su nuevo destino esta cifra se elevó hasta 26 y que en algunos casos las lesiones no eran compatibles con el uso de medidas coercitivas.